el Santo Padre se reunió con más de 10,000 jóvenes en el estadio Sir John Guise de Port Moresby

el Santo Padre se reunió con más de 10,000 jóvenes en el estadio Sir John Guise de Port Moresby Foto: Vatican Media

Cuarto día del Papa en Papúa Nueva Guinea, primero en Timor: ¿qué hizo el Papa?

Papa se despide de Papúa con un emotivo encuentro con la juventud en el Estadio Sir John Guise. Y pocas horas después llega a Timor del este

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(ZENIT Noticias / Port Moresby- Díli, 09.09.2024).- El lunes 9 de septiembre, la visita del Papa Francisco a Papúa Nueva Guinea vivió uno de sus momentos más emotivos cuando el Santo Padre se reunió con más de 10,000 jóvenes en el estadio Sir John Guise de Port Moresby. Tras haber celebrado una misa en privado, el Papa se despidió del personal de la Nunciatura Apostólica y se dirigió al encuentro que estuvo marcado por la energía, la tradición y la esperanza de una juventud que sueña con un futuro mejor.

Al llegar al estadio, el Papa Francisco recorrió el lugar en un carrito de golf, saludando a los jóvenes que lo esperaban con entusiasmo. El encuentro comenzó con un tradicional baile de bienvenida, un gesto que reflejó la rica herencia cultural del país. Entre los momentos destacados del evento, se incluyeron representaciones teatrales y testimonios de jóvenes que compartieron sus experiencias de fe y lucha diaria, destacando la importancia de la comunidad en sus vidas.

El Papa, con su estilo cercano y paternal, pronunció un discurso cargado de esperanza y motivación. «No tengan miedo de soñar en grande», les dijo, alentándolos a ser agentes de cambio en sus comunidades y a no ceder ante los desafíos de la vida. Les recordó que son el presente y el futuro de la Iglesia y del mundo, e hizo un llamado a construir una sociedad más justa y solidaria, enraizada en los valores del Evangelio.

La despedida de Papúa Nueva Guinea

Tras el vibrante encuentro con los jóvenes, Francisco se trasladó al Aeropuerto Internacional de Port Moresby, donde se celebró una breve pero significativa ceremonia de despedida. El Papa fue recibido por el Primer Ministro, James Marape, con quien tuvo un intercambio amistoso antes de embarcar en un avión de Air Niugini con destino a Dili, en Timor-Leste.

Esta ceremonia marcó el cierre de una visita papal que dejó una huella profunda en la población de Papúa Nueva Guinea, especialmente en los jóvenes, quienes vieron en Francisco un líder espiritual que entiende sus desafíos y se preocupa por sus aspiraciones.

Llegada a Timor-Leste: Un recibimiento lleno de tradición

A su llegada a Timor-Leste, a las 14.20 horas, el Papa Francisco fue recibido con todos los honores en el Aeropuerto Internacional Presidente Nicolau Lobato. Desde ahí, se dirigió al Palacio Presidencial para participar en la ceremonia oficial de bienvenida. En un gesto de hospitalidad, 29 niños con trajes tradicionales lo esperaban en la entrada, y tres de ellos le ofrecieron flores y el típico pañuelo «tais», símbolo de la cultura timorense.

El Papa Francisco y el presidente de Timor-Leste, José Manuel Ramos-Horta, sostuvieron un encuentro privado, seguido por la presentación de las delegaciones oficiales. Este intercambio fue mucho más que una formalidad diplomática, ya que ambos líderes compartieron visiones sobre temas de justicia social, reconciliación y la importancia de fortalecer los lazos entre la Iglesia y el Estado en Timor-Leste, una nación que sigue cicatrizando las heridas de su lucha por la independencia.

Un llamado a la unidad y la paz: Encuentro con la sociedad civil y autoridades

El día culminó con un encuentro entre el Papa y representantes de la sociedad civil, el cuerpo diplomático, y líderes políticos y religiosos en el Salão China del Palacio Presidencial. En su discurso, el Santo Padre insistió en la importancia del diálogo y la cooperación entre las distintas fuerzas sociales para lograr una paz duradera y un desarrollo equitativo en el país.

Francisco subrayó que el verdadero desarrollo no puede alcanzarse sin justicia y que los líderes tienen una responsabilidad compartida de garantizar que las futuras generaciones hereden un mundo más pacífico. «La paz no es solo la ausencia de guerra», afirmó el Papa, «es la obra diaria de la justicia y la solidaridad».

El encuentro finalizó con un intercambio de regalos simbólicos y una bendición especial para más de mil personas, entre empleados del Palacio Presidencial y sus familias, que se congregaron en el patio para despedir al Pontífice.

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Redacción Zenit

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