(ZENIT Noticias / Roma, 19.12.2024).- Durante siglos, San Nicolás de Myra, un obispo del siglo IV de Asia Menor, ha estado envuelto en mitos y leyendas. Ampliamente reconocido como la inspiración detrás de Santa Claus, su realidad histórica a menudo ha sido eclipsada por la alegre imagen de su contraparte moderna, vestida de rojo. Pero ahora, gracias al trabajo innovador del diseñador brasileño Cícero Moraes y su equipo, el hombre detrás de la leyenda tiene un rostro, literalmente.
Una fusión de ciencia y fe
Cícero Moraes, reconocido por sus reconstrucciones digitales de figuras religiosas, colaboró con expertos para darle vida a San Nicolás a través de técnicas avanzadas de reconstrucción facial forense. El proyecto, que combina la ciencia con las ricas tradiciones de la Iglesia Católica, buscó humanizar las reliquias del venerado santo y ofrecer una mirada al pasado.
Moraes trabajó junto al Dr. José Luis Lira, un estudioso de los santos católicos, y el Dr. Thiago Beaini, un dentista especializado en análisis forense. Utilizando datos craneales recopilados durante la restauración de la cripta de la Basílica de San Nicolás en Bari, Italia, donde se encuentran los restos del santo, en la década de 1950, el equipo recreó meticulosamente su rostro.
El proceso detrás del retrato
El proceso de reconstrucción se basó en técnicas de aproximación facial que utilizan restos esqueléticos para inferir rasgos físicos. Este método, ampliamente empleado en la ciencia forense, cierra la brecha entre la arqueología y la visualización moderna.
“Acercamos los rostros de los santos a la realidad, ofreciendo una conexión tangible con su existencia histórica”, explica Moraes. “No se trata solo de visualizar el pasado; se trata de fomentar la empatía y la comprensión. Si bien la fe trasciende la apariencia, un rostro puede generar una conexión personal”.
La investigación fue documentada en un artículo científico publicado por Ortog Online, que detalla los intrincados pasos de la reconstrucción.
Más allá del ícono barbudo
¿El resultado? Una imagen sorprendentemente humana de San Nicolás, con rasgos que se alinean con la época y la región en la que vivió, muy alejada del jovial Papá Noel del folclore moderno. Esta nueva representación retrata un rostro solemne y curtido, que refleja la vida de un hombre que era conocido por su humildad, piedad y actos de generosidad.
La reconstrucción ofrece más que un retrato histórico; también sirve como herramienta para examinar la vida y el legado del santo. “Al estudiar sus restos, no solo honramos su memoria, sino que también descubrimos detalles sobre su salud física, dieta e incluso las condiciones de su época”, señala Morales.
Un rostro para recordar, no para adorar
Si bien el proyecto ha sido recibido con fascinación, Moraes se apresura a enfatizar que la imagen no pretende alterar la fe. “La veneración de los santos no se basa en su apariencia física, sino en sus virtudes y obras”, afirma. “Es un puente hacia la comprensión, no un pilar de devoción”.
Reconectando con la historia
Esta no es la primera incursión de Moraes en las reconstrucciones religiosas. Anteriormente ha recreado los rostros de figuras como San Antonio de Padua y Santa Catalina de Génova. Cada proyecto sirve como recordatorio de la intersección duradera entre la historia, la fe y la ciencia.
Gracias por leer nuestros contenidos. Si deseas recibir el mail diario con las noticias de ZENIT puedes suscribirte gratuitamente a través de este enlace.