Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos en octubre de 2024 Foto: ANSA

Vaticano da nuevas directrices para implementar la sinodalidad: ahora bajo Papa León XIV

¿Qué va a pasar ahora con la llegada del Papa León? La hermana Nathalie Becquart comentó: “El plan aprobado por el Papa Francisco y confirmado por el Papa León incluye asambleas locales, nacionales y continentales, hasta la Asamblea Eclesial en Roma”.

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(ZENIT Noticias / Roma, 20.07.2025).- El Sínodo de los Obispos publicó el lunes 7 de junio el documento Caminos para la Fase de Implementación del Sínodo con la finalidad de preparar la siguiente etapa sinodal, que apunta a octubre de 2028 como culminación del proceso iniciado por el Papa Francisco en 2020.

La Secretaría General del Sínodo, presidida por el cardenal Mario Grech, ha preparado el nuevo documento para las Iglesias locales a fin de «escucharlas, apoyar sus esfuerzos y, sobre todo, contribuir a animar el diálogo y el intercambio de dones entre las Iglesias».

La hermana Nathalie Becquart, XMCJ, subsecretaria del Sínodo, dialogó con Vatican News. Explicó que esta fase de implementación del Sínodo sobre la sinodalidad sigue al Documento Final del Sínodo, aprobado directamente por el Papa Francisco y aseguró que “lo convierte en parte del Magisterio ordinario de la Iglesia. Por eso, ahora se nos pide concretar esas recomendaciones”.

Ante la cuestión de si la fase de implementación tiene un período fijo, respondió: “Es una fase abierta, pero se ha previsto un marco de tres años, con pasos definidos, que culminará en octubre de 2028 con una Asamblea Eclesial en Roma para compartir frutos y evaluar el proceso”.

Añadió que “este camino incluye asambleas en diócesis, a nivel nacional y continental. Sabemos que implementar la sinodalidad en todos los niveles llevará tiempo, pero lo importante es avanzar paso a paso. Este documento busca guiar a quienes necesitan orientación concreta”.

También se le preguntó sobre la definición de la sinodalidad, a lo que contestó: “Hay una definición clara (cf. párrafo 28), pero se puede entender de dos maneras que ayudan mucho. Primero, cito al teólogo australiano Ormond Rush: ‘La sinodalidad es el Concilio Vaticano II en miniatura’. Lo que estamos viviendo hoy responde directamente a la visión del Vaticano II. Sinodalidad es simplemente continuar su recepción. No se ha implementado del todo y esto es parte de ese proceso”.

Completó el dato con otra aclaración: “La otra manera de entenderla, más sencilla quizás, es recordar nuestro logo sinodal: comunión, participación, misión. La sinodalidad es un modo de ser Iglesia que nos ayuda a ser más misioneros y participativos”.

Sobre la finalidad del documento expuso: “Este documento responde a preguntas concretas. Primero, apoya la implementación del Sínodo a nivel local. Segundo, promueve el ‘intercambio de dones’ entre Iglesias, un concepto clave del Documento Final”.

Comentó una experiencia: “En mi misión, he podido viajar mucho y he visto la belleza de una Iglesia que es una, pero diversa en contextos, culturas y modos de vivir la fe. Cada Iglesia local tiene su camino, pero no debe caminar sola. Este documento subraya que no puede haber conversión sinodal en solitario. Por eso el Sínodo enfatiza el papel de las Iglesias locales, pero también el diálogo entre ellas: en provincias eclesiásticas, conferencias episcopales, y a nivel continental”.

¿Qué va a pasar ahora con la llegada del Papa León? La hermana Nathalie Becquart comentó: “El plan aprobado por el Papa Francisco y confirmado por el Papa León incluye asambleas locales, nacionales y continentales, hasta la Asamblea Eclesial en Roma”. Y refirió: “Desde el inicio de su pontificado, el Papa León ha reafirmado el deseo de ser una Iglesia sinodal. De hecho, ya lo vivía cuando era obispo en Perú: organizó la fase de escucha en su diócesis, participó en reuniones continentales, en la redacción del Instrumentum laboris, en las asambleas de 2023 y 2024 y en dos grupos de estudio”.

También subrayó la subsecretaria un concepto básico de la sinodalidad: “La recepción es aceptar activamente lo que ha sido discernido como llamado de Dios en un Sínodo o Concilio”.

Entre las reacciones al documento, la oficina del Sínodo del Vaticano ha dicho que “los informes finales de los grupos de estudio sobre la sinodalidad, incluidas las opiniones sobre las mujeres diáconos y temas doctrinales controvertidos, como la inclusión LGBT, se han pospuesto hasta fin de año”. Y resalta que “un portavoz de la secretaría del sínodo dijo a CNA que la mayoría de las 10 comisiones habían solicitado más tiempo para completar sus informes, luego de los retrasos debido a la muerte del papa Francisco y la sede vacante. En junio, recibieron luz verde del papa León XIV para proceder”.

Al hecho de que las comisiones de estudio están formadas por cardenales, obispos, sacerdotes y laicos del Vaticano y de otros lugares, hace ver que “el documento no dijo si los dos grupos de estudio adicionales necesitarán producir informes y para cuándo, Y un portavoz de la Secretaría dijo que no creía que estuvieran proporcionando informes para la misma fecha límite del 31 de diciembre”.

Otra tarea pendiente es que «también es responsabilidad de la Secretaría garantizar que las decisiones del Papa, desarrolladas también sobre la base de los hallazgos de estos grupos, se integren armoniosamente en el camino sinodal en curso», según el documento.

Las recientes disposiciones publicadas pretenden ser una guía para que los obispos implementen la sinodalidad en sus diócesis y describen lo que se espera durante la próxima fase del Sínodo, que culminará con la asamblea de la Iglesia en octubre de 2028.

Charles Collins, del portal Crux, hace ver que el documento se anuncia a sí mismo como «un marco para la consideración» ofrecido a las Iglesias locales, «invitándolas a compartir sus iniciativas, contribuyendo al discernimiento eclesial más amplio». Y que se celebró una reunión de tres semanas en el Vaticano durante octubre de 2023 más otra de varias semanas en octubre de 2024, suponiendo que así se ponía fin a todo. Sin embargo, ahora se han anunciado otras fases hasta 2028. Y a esto se le califica de una especie de adicción a las reuniones.

Collins indica que “el peor aspecto de la sinodalidad bajo la Secretaría General es la proliferación de reuniones de oficina, ahora y desde hace algún tiempo impuestas a las jurisdicciones eclesiásticas participantes en todo el mundo”. Y recuerda que la Secretaría del Sínodo no quiere que se asemeje el trabajo sinodal con las grandes empresas trasnacionales, aunque la petición de evaluaciones diocesanas y nacionales muestran un perfil similar a una corporación multinacional en la Iglesia con la sinodalidad, que lleve a «la muerte por reuniones». La hermana Nathalie Becquart, sin embargo, admitió a Vatican News que será difícil evitar una próxima ronda de reuniones prolongada.

Catholic World Report cree que los líderes del Sínodo proponen el período de junio de 2025 a diciembre de 2026 para que se activen los «caminos de implementación» de la sinodalidad en las Iglesias locales y en las agrupaciones de Iglesias. El aviso de que la Secretaría del Sínodo organizará asambleas de evaluación diocesanas en 2027 y luego nacionales, antes de celebrar evaluaciones continentales en la primera parte de 2028 amplía la fase sinodal.

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Rafael Llanes

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