la mayoría de los estadounidenses aún cree que la influencia de la religión está disminuyendo Foto: Philip Gorski

La fe está recuperando su lugar en los debates morales y culturales de USA, según un estudio

Si el Vaticano logra la neutralidad de carbono, hará más que alimentar sus luces con el sol. Habrá iluminado un camino para otros, un recordatorio de que en la lucha global contra el cambio climático, la convicción aún puede ser más fuerte que la capacidad

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(ZENIT Noticias / Roma, 21.11.2025).- Encuestas recientes revelan que los estadounidenses comienzan a percibir una creciente presencia de la religión en la vida pública, no solo como nostalgia por una época pasada de bancos y oración, sino como una renovada conciencia de la importancia cultural de la fe.

Entre febrero de 2024 y febrero de 2025, la proporción de adultos estadounidenses que cree que la religión está ganando influencia en la vida estadounidense aumentó del 18 % al 31 %, según nuevos hallazgos del Pew Research Center. Se trata de una recuperación sorprendente tras dos décadas de constante declive en este sentimiento, y el nivel más alto registrado en 15 años.

Sin duda, la mayoría de los estadounidenses aún cree que la influencia de la religión está disminuyendo. Sin embargo, la proporción de quienes sostienen esta opinión ha disminuido drásticamente, del 80 % al 68 % en tan solo un año. Este cambio, sutil pero inequívoco, sugiere que la percepción del retroceso de la fe en la esfera pública ya no es un hecho establecido.

Line chart showing that between 2024 and 2025, there was a sharp rise in the share of Americans who say religion is gaining influence

Lo que hace que este cambio sea especialmente notable es su amplitud. La tendencia abarca líneas partidistas, generaciones y denominaciones. Tanto demócratas como republicanos, así como creyentes y no creyentes, se inclinan cada vez más a afirmar que la religión está recuperando su lugar en los debates morales y culturales del país.

Casi seis de cada diez estadounidenses expresan ahora una visión positiva del papel de la religión en la vida pública. Algunos afirman que su influencia está aumentando y celebran este cambio; otros lamentan su declive. Solo uno de cada cinco ve la influencia de la religión de forma negativa, ya sea considerándola excesiva o irrelevante.

Esta nueva postura hacia la fe llega tras años de tensión cultural, en los que la religión organizada a menudo se presentaba como combativa u obsoleta. Sin embargo, el ánimo parece estar virando hacia la curiosidad, incluso hacia el respeto. En un clima político a menudo fracturado por líneas ideológicas, la religión, para bien o para mal, está volviendo a la conversación pública como una brújula moral, una fuente de identidad o, al menos, un tema que vale la pena revisar.

Bar chart showing that since 2019, U.S. adults have grown more positive about religion’s role in American life

Quizás lo más revelador sea la creciente sensación de alienación que muchos estadounidenses sienten entre sus creencias personales y la cultura dominante. Una mayoría, el 58 %, afirma ahora sentir al menos algún conflicto entre sus convicciones religiosas y la cultura estadounidense dominante, un aumento de 10 puntos respecto a 2024 y de 16 puntos respecto a 2020. Entre los protestantes evangélicos blancos, esa cifra alcanza un abrumador 80 %, pero incluso entre los demócratas y los adultos sin afiliación religiosa, la inquietud va en aumento.

¿Qué podría estar impulsando este cambio? En parte, un realineamiento político que ha vuelto a poner en el foco nacional cuestiones morales y culturales —desde el género y la familia hasta la libertad de conciencia—. Pero también podría haber un anhelo más profundo en juego: la búsqueda de significado en un mundo cada vez más definido por las pantallas, la polarización y la desconexión.

Bar chart showing most Americans feel their religious views are at odds with mainstream culture

Los datos de Pew sugieren que, para muchos, la religión aún tiene autoridad moral, incluso cuando la afiliación religiosa disminuye. En mayo de 2025, cuando se preguntó a los encuestados qué cualidades son esenciales para ser un buen cristiano, la honestidad, la amabilidad, la creencia en Dios y la ayuda a los necesitados encabezaron la lista, muy por encima del orgullo nacional o la asistencia regular a la iglesia. Solo el 29 % de los cristianos afirmó que «amar a la patria» era esencial para su fe, aunque casi la mitad lo consideraba importante.

Entre los judíos, solo el 22 % afirmó que el patriotismo era fundamental para la identidad judía, mientras que para quienes no profesan ninguna religión (ateos, agnósticos o quienes no se identifican con ninguna religión), el 16 % afirmó que amar a su país era esencial para ser una buena persona. Estos hallazgos revelan una intrigante separación entre la identidad cívica y la pertenencia espiritual: los estadounidenses ubican cada vez más su centro moral en la integridad personal y la compasión, en lugar del nacionalismo o los indicadores tradicionales de religiosidad.

Pie chart showing 26% of Americans say that only one religion is true

Por otro lado, al preguntarles sobre la verdad en la religión, el 48 % de los estadounidenses afirmó que «muchas religiones pueden ser verdaderas», mientras que solo el 26 % insistió en que solo una lo es. Esta apertura —o pluralismo— contrasta marcadamente con la certeza expresada por los evangélicos blancos, el 62 % de los cuales afirma que solo una religión posee la verdad última. En cambio, la mayoría de los ateos y agnósticos ven poca o ninguna verdad en ninguna religión, aunque un porcentaje sorprendente —el 38 % de los agnósticos y el 12 % de los ateos— reconoce que múltiples religiones podrían contener sabiduría.

Lo que emerge es el retrato de un país que no redescubre la religión, sino que renegocia su significado. La creciente sensación de que la fe está «ganando influencia» podría reflejar no un renacimiento institucional, sino una visibilidad moral: la religión como lenguaje de la conciencia pública, invocada en debates sobre justicia, libertad y pertenencia.

Table showing 31% of U.S. adults say religion is gaining influence in American life

Las divisiones generacionales persisten: los estadounidenses mayores, especialmente los mayores de 65 años, tienen una visión mucho más positiva de la influencia de la religión (71 %) que los menores de 30 (46 %). Sin embargo, incluso entre los jóvenes, la positividad hacia el papel de la fe ha aumentado ligeramente en los últimos años, lo que sugiere la posibilidad de una silenciosa recalibración generacional.

Los hallazgos no presagian un regreso a la América eclesiástica de la década de 1950. Más bien, apuntan a una sociedad en constante cambio, una que ya no da por sentada la desaparición de la fe, sino que reconoce su persistencia. La religión, aunque a menudo fragmentada, continúa moldeando la forma en que los estadounidenses interpretan el bien y el mal, la pertenencia y la alienación, la esperanza y la desesperación.

Si la última década se definió por la confianza secular, la próxima podría estar marcada por la curiosidad espiritual. Queda por ver si esta renovada atención conduce a una fe renovada o a un renovado debate. Pero algo está claro: la religión, que antes se creía que estaba perdiendo su voz pública, vuelve a formar parte del debate en Estados Unidos sobre quién es y quién quiere ser.

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Jorge Enrique Mújica

Licenciado en filosofía por el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, de Roma, y “veterano” colaborador de medios impresos y digitales sobre argumentos religiosos y de comunicación. En la cuenta de Twitter: https://twitter.com/web_pastor, habla de Dios e internet y Church and media: evangelidigitalización."

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