(ZENIT Noticias / Kharkiv, 22.08.2024).- La caridad del Papa ha llegado una vez más al epicentro del conflicto en Ucrania, extendiendo su mano solidaria a la devastada región de Kharkiv, una de las áreas más golpeadas por los bombardeos rusos. El 12 de agosto, tras un arduo viaje de cuatro días desde Roma, camiones cargados con suministros esenciales, como alimentos, medicinas, ropa y productos de higiene, alcanzaron su destino, proporcionando un respiro a la población asediada.
Este esfuerzo humanitario, organizado meticulosamente por el Dicasterio para la Caridad bajo la dirección del cardenal Konrad Krajewski, es una continuación de la incesante labor de ayuda que el Vaticano ha estado realizando desde el inicio de la guerra. En esta ocasión, jóvenes miembros de la Guardia Suiza Pontificia, el ejército del Papa, desempeñaron un papel crucial, dedicando horas a cargar manualmente los camiones en la parroquia romana de Santa Sofía. Con las cajas llenando hasta el último rincón de los vehículos, el convoy partió hacia una región que ha sido sinónimo de sufrimiento y resistencia.
La ayuda, que no solo fue recibida por la comunidad local sino también compartida con la Iglesia greco-católica de la región, fue recibida con profunda gratitud. En un emotivo mensaje capturado en vídeo, el obispo greco-católico Vasyl Tuchapets, del exarcado de Kharkiv, expresó su agradecimiento al Papa Francisco y a la Santa Sede por su constante apoyo. Desde la catedral de San Nicolás, convertida en un centro de distribución de ayuda, Tuchapets destacó la importancia de estos suministros para los habitantes de Kharkiv, muchos de los cuales han tenido que huir de sus hogares con apenas lo puesto.
El obispo subrayó la urgencia de esta asistencia, especialmente en un momento en que muchas personas están siendo evacuadas de zonas de combate cercanas a la frontera rusa, como Vovchansk y Lyptsi. Estas personas, al llegar a Kharkiv, se encuentran en una situación desesperada, necesitando alimentos, ropa de cama y utensilios básicos. La llegada de la ayuda desde Roma, organizada por la Asociación de Santa Sofía y otros voluntarios, ha sido un salvavidas para muchos.
El cardenal Krajewski, en contacto con Radio Vaticano, expresó su satisfacción al saber que la ayuda había llegado a su destino. «Es una verdadera alegría saber que los regalos del Santo Padre y de muchos romanos han llegado a Ucrania», comentó, destacando la generosidad de todos los que contribuyeron a esta misión. El cardenal también agradeció a los guardias suizos y a los ciudadanos de Roma por su dedicación y generosidad, y, por supuesto, al Papa Francisco, quien continúa mostrando una cercanía tangible con la «atormentada» Ucrania, siempre presente en sus oraciones y llamamientos públicos.
Este gesto de solidaridad no solo lleva alivio material a los necesitados, sino que también refuerza el mensaje de esperanza y compasión que el Papa Francisco ha mantenido vivo en medio de la tragedia de la guerra, instando al mundo a no olvidar a los que sufren.
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