Marcha por la Vida en Reino Unido Foto: Siete24 Noticias

Cambio de rumbo en Reino Unido: jóvenes se vuelcan hacia lo pro vida en medio de una cifra récord de abortos

Los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas muestran que la tasa de aborto en mujeres menores de 18 años disminuyó de 12,8 por 1.000 en 2012 a tan solo 7,6 por 1.000 en 2022, lo que representa una notable disminución del 41 %.

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(ZENIT Noticias / London, 22.11.2025).- En una sorprendente paradoja, Inglaterra y Gales están presenciando una divergencia histórica entre las actitudes de los jóvenes y las estadísticas nacionales sobre aborto. Si bien el número total de abortos en 2022 alcanzó su nivel más alto desde la legalización del procedimiento en 1967, el número de menores de 18 años que buscan abortar se ha reducido casi a la mitad en la última década.

Los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas muestran que la tasa de aborto en mujeres menores de 18 años disminuyó de 12,8 por 1.000 en 2012 a tan solo 7,6 por 1.000 en 2022, lo que representa una notable disminución del 41 %. El descenso generalizado en las tasas de concepción en adolescentes —de 30,9 por 1.000 en 2011 a 13,2 en 2021— parece estar relacionado con una combinación de retraso en la actividad sexual entre las adolescentes y un mayor acceso a la anticoncepción.

Sin embargo, esta alentadora tendencia entre las menores contrasta marcadamente con el aumento general de los abortos. En 2022, el número total de interrupciones del embarazo aumentó un 17 % en comparación con el año anterior, estableciendo un nuevo máximo histórico. Los expertos sugieren que este aumento se debe principalmente a que las mujeres adultas buscan abortos en etapas más avanzadas de su vida, lo que pone de relieve una brecha generacional y demográfica en las opciones reproductivas.

Al mismo tiempo, el gobierno del Reino Unido ha impuesto restricciones sin precedentes a la defensa de la vida. La Ley de Orden Público de 2023 introdujo un nuevo delito para las actividades que se realicen a menos de 150 metros de los centros de aborto. Las directrices gubernamentales restringen explícitamente la «oración silenciosa» y las reuniones de vigilia, medidas que muchos han denunciado como un «delito de pensamiento». A pesar de estas restricciones, el movimiento provida ha cobrado impulso. La Marcha por la Vida de este año en Londres congregó a más de 10 000 participantes, un marcado aumento respecto a los escasos cientos que asistieron hace una década.

Las encuestas de opinión pública sugieren que el cambio cultural es más pronunciado entre los jóvenes. Las encuestas de Ipsos indican que las mujeres de entre 16 y 34 años tienen el doble de probabilidades de apoyar restricciones significativas al aborto que sus contrapartes mayores. El 26 % de las mujeres jóvenes encuestadas cree que el aborto debería ser ilegal en todos o en la mayoría de los casos, en comparación con solo el 13 % entre las mujeres de entre 55 y 75 años. La brecha generacional entre los hombres es aún más llamativa: solo el 46 % de los hombres de entre 16 y 35 años apoya el aborto, mientras que el 82 % de los hombres de entre 55 y 75 años lo respalda.

Estos hallazgos revelan una tensión cultural única: una sociedad con algunas de las leyes de aborto más permisivas del mundo —que permiten el aborto a petición hasta las 24 semanas y, en casos de discapacidad, hasta el nacimiento— está experimentando simultáneamente un aumento del sentimiento provida entre su juventud. Los analistas argumentan que esta divergencia podría tener implicaciones políticas a largo plazo.

Aunque el actual gobierno laborista sigue siendo proabortista, enfrenta una disminución de popularidad y se encuentra más de diez puntos por detrás del partido populista Reform UK en encuestas recientes. Si bien Reform UK no defiende oficialmente una plataforma provida, sus líderes, incluyendo a Nigel Farage, han criticado abiertamente las disposiciones liberales sobre el aborto en el Reino Unido, calificándolas de «absurdas» y «totalmente obsoletas», lo que indica una posible receptividad legislativa si la situación política cambia.

La convergencia de valores generacionales, la opinión pública cambiante y un panorama político en constante evolución podrían posicionar al Reino Unido, el primer país de Europa Occidental en legalizar el aborto por amplios motivos sociales y médicos, como un sorprendente campo de batalla para la futura defensa de la vida. El panorama resultante es complejo: una sociedad donde el número de abortos aumenta, pero el sentimiento cultural entre los jóvenes se inclina cada vez más hacia la vida, creando las condiciones para una posible transformación tanto en la legislación como en el discurso público en la próxima década.

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Elizabeth Owens

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