(ZENIT Noticias / Washington, 15.12.2024).- La expresidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, se encuentra una vez más en la encrucijada de la fe y la política, ya que su antigua disputa con el arzobispo Salvatore Cordileone sobre su elegibilidad para recibir la Sagrada Comunión sigue sin resolverse. En el centro del asunto hay un conflicto profundamente personal que ahora ha llegado a los niveles más altos de la Iglesia Católica, y el Vaticano ha participado silenciosamente en la revisión del caso.
Una compleja intersección de religión y política
La controversia comenzó en mayo de 2022 cuando el arzobispo Cordileone prohibió públicamente a Pelosi recibir la comunión en la Arquidiócesis de San Francisco debido a su apoyo vocal al aborto. Citando el canon 915 de la ley de la Iglesia Católica, Cordileone argumentó que la postura de Pelosi constituía un «pecado grave» y merecía la exclusión de la Eucaristía.
A pesar de la prohibición, Pelosi ha seguido recibiendo la comunión en otras diócesis e incluso en el extranjero. “Recibí la comunión de todos modos. Ese es su problema, no el mío”, dijo Pelosi en una entrevista sincera con National Catholic Reporter (NCR). Agregó que su fe sigue siendo central en su vida y describió la Eucaristía como una experiencia profundamente personal y sagrada.
El papel del Vaticano
Pelosi reveló que la disputa ahora está bajo revisión del Vaticano, aunque el cronograma y los detalles de su apelación siguen sin estar claros. Según los expertos en derecho canónico, las personas sujetas a tales prohibiciones pueden solicitar un “recurso” ante la Santa Sede, impugnando los fundamentos procesales o sustantivos de la decisión.
Si bien Pelosi no ha discutido el asunto directamente con el Papa Francisco, recibió la comunión durante una misa de 2022 que él presidió en la Basílica de San Pedro. La aceptación implícita del Papa de su participación añade una capa de complejidad al debate, reflejando tensiones más amplias entre los líderes católicos progresistas y los obispos conservadores de Estados Unidos.
Cordileone llama al diálogo
En respuesta a las recientes declaraciones de Pelosi, Cordileone emitió una declaración en la que reitera su invitación a un diálogo abierto. «El diálogo puede disolver las hostilidades, aclarar conceptos erróneos y construir nuevos lazos de amistad», dijo. Cordileone ha enfatizado anteriormente sus acciones como una defensa de la vida, argumentando que las enseñanzas de la Iglesia sobre el aborto no dejan lugar a la ambigüedad.
El arzobispo también ha enmarcado la discusión como una oportunidad para explorar áreas de preocupación compartida, como la libertad religiosa y la inmigración. «Los católicos no temen a la verdad», dijo, instando a Pelosi a participar en la conversación.
Fe más allá de las fronteras
El recorrido público de fe de Pelosi destaca la tensión entre las creencias personales y las políticas públicas, un desafío que enfrentan muchos políticos católicos. Pelosi ha expresado su compromiso con los sacramentos de la Iglesia, recordando momentos preciados como su Primera Comunión y los bautismos de sus nietos. Su amor por la fe es evidente, incluso cuando cuestiona ciertas prácticas institucionales.
Sin embargo, Pelosi también ha criticado abiertamente al Vaticano por cuestiones que van más allá de su prohibición de la Comunión. En una entrevista del 10 de diciembre con NCR, condenó el acuerdo de la Santa Sede con China sobre el nombramiento de obispos, calificándolo de traición al Evangelio. “No veo qué han logrado”, dijo.
Una batalla cultural más amplia
El caso de Pelosi subraya la creciente división dentro de la Iglesia Católica sobre cómo abordar las cuestiones políticas y sociales modernas. La prohibición de la Comunión es parte de una guerra cultural más amplia que ha visto a los obispos tomar acciones similares contra otros políticos pro-elección, incluido el senador Dick Durbin.
Para Pelosi, la Eucaristía sigue siendo una experiencia profundamente espiritual, que trasciende las controversias que la rodean. “Todos los días, un sacerdote transforma el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo: es un milagro”, afirmó. “Estar presente en ese momento es glorioso”.
Gracias por leer nuestros contenidos. Si deseas recibir el mail diario con las noticias de ZENIT puedes suscribirte gratuitamente a través de este enlace.