BAGDAD, 1 abril 2003 (ZENIT.org).- Cáritas Irak ha hecho una apremiante petición de ayuda económica a las otras 153 Cáritas pertenecientes a la red Internacional de la organización para poder atender a 260.000 damnificados en los próximos tres meses.

De los afectados –se calculan en 43.000 familias--, un 10% necesita en este momento auxilio inmediato. A ellos, Cáritas Irak, contando con sus propios recursos económicos y con los fondos aportados por diversas Cáritas donantes, está atendiendo desde le comienzo.

De acuerdo al plan preparado por Cáritas Irak para los próximos tres meses, los fondos reclamados se destinarán a la puesta en marcha de programas de distribución de ayuda alimentaria básica, suministro de material de socorro, potabilización de agua y letrinización y atención sanitaria entre otros.

Entre trabajadores y voluntarios, en la actualidad, Cáritas Irak cuenta con un equipo de 254 personas que desarrollan las labores de ayuda humanitaria a las víctimas de la guerra a través de los 14 centros que Cáritas posee en todo el país y de las 87 iglesias cristianas que han sido habilitadas como centros de acogida para la población civil.

Los equipos humanos de Cáritas Irak están integrados, entre otros expertos, por 16 médicos, 5 ingenieros especializados en logística y potabilización, 2 nutricionistas, 17 asistentes sociales y 21 auxiliares clínicos.

Entre los beneficiarios de la acción de Cáritas se dará prioridad, como es norma en cualquier intervención humanitaria de la organización, a los grupos de población especialmente vulnerables, como son, en este caso, los niños menores de 5 años, las mujeres embarazadas y las madres con niños lactantes.

Se ha previsto, además, un programa de ayuda alimentaria suplementaria y terapéutica para combatir la desnutrición, al que podrán acceder, durante tres meses, 2.400 niños menores de 5 años y 1.500 mujeres embarazadas y madres con bebés.

Los fondos solicitados por Cáritas Irak permitirían asegurar la segunda fase del plan de emergencia activado nada más comenzar el conflicto y que, hasta el momento, ha hecho posible garantizar el reparto de ayuda de emergencia a la población civil.