CIUDAD DEL VATICANO, 5 abr 2001 (ZENIT.org).- El presidente de Argentina, Fernando de la Rúa, afirmó este miércoles que Latinoamérica vive en estos momentos «situaciones de pecado que claman al cielo». La respuesta, aclaró, pasa por la promoción de la paz y la justicia.
El mandatario latinoamericano hizo estas observaciones al intervenir en un acto académico celebrado en la Universidad Pontificia Gregoriana, celebrado con motivo de los 450 aniversarios del fundación de esa institución que surgió por inspiración del mismo Ignacio de Loyola.
«En nuestros pueblos de América del sur hay hambre y sed de justicia», comenzó constatando De la Rúa al hacer su diagnóstico en el estrado universitario, acompañado por el cardenal Zenón Grocholewski, prefecto de la Congregación de la Educación Católica del Vaticano, el cardenal Camillo Ruini, vicario general del Papa para la diócesis de Roma, y del rector del instituto de altos estudios, Franco Imoda.
«El diagnóstico puede hablar de situaciones estructurales o de problemas contemporáneos, del peso del endeudamiento irresponsable y de las barreras del proteccionismo, de la corrupción institucionalizada que destruye la cultura del trabajo, del tráfico de armas y de estupefacientes», continuó enunciando.
«Todo esto, como lo ha dicho el magisterio de la Iglesia --ilustró el presidente argentino--, son "situaciones de pecado que claman al cielo", que deben ser sanadas para que exista una verdadera paz, una "obra de justicia" que exige respeto de los derechos inalienables de la persona».
«Hoy día en muchos lugares del mundo se desconocen a los habitantes los derechos políticos pero sobretodo los individuales. Aun en el mundo que llamamos "desarrollado" encontramos el menosprecio de derechos fundamentales: cuando se legitima el aborto, la manipulación genética y la xenofobia», insistió el mandatario.
La respuesta más completa a esta dramática situación se encuentra en la doctrina social de la Iglesia, concluyó De la Rúa.
La intervención del presidente argentino tiene lugar en un momento muy delicado para la economía del país. Argentina deber pagar vencimientos sobre su deuda pública de unos 1.300 millones de dólares en mayo, y otro compromiso similar en junio, lo cual ha creado temores entre inversores de un incumplimiento de pagos debido al creciente déficit fiscal del estado argentino. El estancamiento de la economía y la pérdida del optimismo de los inversores ha provocado una auténtica crisis laboral, con sus obvias repercusiones sociales.
Al concluir el acto académico, de la Rúa y su canciller Adalberto Rodríguez Giavarini participaron en una celebración eucarística en la iglesia nacional de Argentina en Roma, que fue celebrada por el arzobispo Leonardo Sandri, argentino, sustituto para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado Vaticana.
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