Este martes en el Vaticano, los representantes de las diversas religiones firmaron un compromiso para erradicar la trata de personas, entendida como toda forma de esclavitud, tráfico humano en términos de trabajo forzado, prostitución y tráfico de órganos. Y pusieron como fecha para lograr este objetivo el 2020.

Concluida la ceremonia presidida por el santo padre Francisco, ZENIT entrevistó al canciller de la Academia de las Ciencias Sociales, Mons. Sánchez Sorondo, quien explicó algunos particulares importantes que compartimos aquí con nuestros lectores.

El Papa en Turquía invitó a todos los líderes religiosos a denunciar las violaciones de los derechos humanos. Lo firmado hoy en el Vaticano contra la trata de personas va en la misma línea, ¿verdad?

-- Mons. Sánchez Sorondo: Es la línea de Francisco, la línea que propuso desde el inicio a la Academia de las Ciencias Sociales y nosotros no hemos hecho otra cosa que ejecutar sus ideas, en el sentido que hemos hecho un encuentro en noviembre con la Academia de las Ciencias Sociales, allí nuestros académicos llegaron a la conclusión de que la trata de personas es un crimen contra la humanidad.

No es la primera vez que el Santo Padre lo dice...
-- Mons. Sánchez Sorondo: El Papa lo dijo ya cinco veces y el papa emérito Benedicto lo había dicho antes de su abdicación: la trata de personas es un crimen contra la humanidad. Realmente es inconcebible en el mundo de hoy que tiene conciencia de que el hombre y la mujer son iguales en dignidad tengan este tipo de relación discriminante, de modo que pensamos era muy importante que todas las religiones que hoy influyen en el mundo global, tomaran una decisión común.

Todas las religiones...
-- Mons. Sánchez Sorondo: Sí, porque no se trata de un tema estrictamente religioso en el sentido directo, sino de una afirmación sobre la identidad del hombre y de la mujer, y por esto creo que es importante. Creo que el contenido del mensaje es muy claro. Toda forma de esclavitud y tráfico humano en términos de trabajo forzado, prostitución y tráfico de órganos es un crimen contra la humanidad, y hay que reconocerlo como tal, por todas las naciones y todos los organismos internacionales. Y luego, que sean las autoridades religiosas: el Papa; una de los más representantes del budismo; representantes de una de las religiones más antiguas como es el hinduismo; naturalmente los judíos y los árabes con su religión que tienen tantos seguidores. De modo que sea por la autoridad, que por el contenido es muy importante.

¿Es la primera vez en la historia que líderes religiosos se unen contra la trata?
-- Mons. Sánchez Sorondo: Sí. Es una cosa nueva, en el sentido que el Concilio Vaticano II creó Consejos para dialogar sobre temas religiosos con otros credos.

Esto fue aceptado inmediatamente, aunque con algunas discusiones, porque no trataba de las diferencias religiosas propiamente, sino del ser humano -y en esto estamos todos de acuerdo- que tiene algo superior al resto de la naturaleza y por ello una especial relación con Dios.

O sea, coincidencia interreligiosa sobre la dignidad humana.
-- Mons. Sánchez Sorondo: Lo que podemos llamar la dignidad humana y la libertad, esto está en todas las religiones. Y una condena a la esclavitud por parte de todas las religiones. Fue también muy interesante la posición de los árabes que recordaron que ' nosotros no vendimos tantos esclavos'. Ellos pueden tener también esto pero no así. Hay que notar también que es la primera vez que se reúnen los árabes sunitas y chiitas, y esto es una gran novedad.

Unas semanas atrás también abordaron este tema con delegaciones de jóvenes.
-- Mons. Sánchez Sorondo: Sí, fue muy interesante, con 75 jóvenes de todo el mundo, y se trató del problema de la trata. Era gente que había experimentado, algunos más y otros menos, este tema. Para enseñarse entre ellos mismos las mejores prácticas para evitar que a otros le pase lo mismo, y para convencer a la propia generación. Se sintieron muy solidarios con esta lucha, más aún ellos son los que están más de acuerdo porque conocen mejor el mundo globalizado.