(ZENIT Noticias / Catamarca, 15.09.2024).- La imagen más grande de la Virgen María se ha construido en Catamarca, Argentina, donde nació la advocación de los españoles y pueblos originarios de mayoría cristiana que vivían de la agricultura y el pastoreo.
La devoción a la Inmaculada Concepción, venerada como Nuestra Señora del Valle en Catamarca, al noroeste de Argentina, se originó por un hallazgo hacia 1618 en una gruta de Choya.
Un trabajador percibió voces de unas indiecitas que llevaban lámparas y flores a la montaña. Siguiendo las huellas, encontró un nicho de piedra bien disimulado con rústicos asientos y huellas de danzas. En el nicho, encontró una imagen de 42 centímetros, rostro moreno y manos juntas, con manto, peto, cinturón azul y vestido dorados en el fondo y pintados encima con varios colores. Su conservación intacta, a pesar de las inclemencias del tiempo, se consideró milagroso.
La devoción creció y la Virgen del Valle pasó a patrona de mineros y campesinos regionales, quienes le atribuyeron numerosos milagros. El más conocido ocurrió en 1694 por una plaga de langosta que amenazó la destrucción de la cosecha. Una fervorosa novena ahuyentó las nubes de insectos y se interpretó como intervención divina.
La edificación del Santuario inició en 1859, se inauguró en 1869 y se concluyó en 1875. Las procesiones multitudinarias de la región norte en Argentina condujeron a declararla Patrona Nacional del Turismo en 1974.
La inauguración de la gran estatua tuvo lugar el 7 de septiembre, conmemoración del Día del Milagro, fecha del terremoto en 2004 cuando la población atribuyó a la Virgen del Valle la protección recibida en medio del estremecimiento.
La escultura tiene 48 metros de altura y fue inaugurada por el Obispo de la ciudad, Monseñor Luis Urbanc. El interior de la Virgen alberga una capilla y un mirador de 360º.
Monseñor Urbanc pidió a Dios que “quienes recen delante de esta hermosa imagen, inspirados por ti y el ejemplo de amor de Nuestra Madre del Cielo, amen más y mejor a sus hermanos, y obtengan, por su intercesión, la gracia que necesitan para esta vida y la eternidad”.
En la misa inaugural participaron las autoridades civiles, el promotor y director de la obra, Walter D´Agostini, y los trabajadores que la construyeron.
La pequeña imagen original de la Virgen, conocida como la Virgen Morena, se trasladó del monte a la capilla de Choya, donde hoy se venera por la comunidad con la réplica monumental que domina el paisaje.
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