«Este acontecimiento –recuerda el Papa– dio origen a la célebre práctica de los Miércoles del Carmen, expresión de devoción mariana, en la que, como sucede en este tipo de manifestaciones de fe popular, es posible vislumbrar un reflejo de la bondad materna de María Santísima».
«En nuestra peregrinación terrenal María es la bíblica «columna de fuego» que nos ilumina –escribe el Papa–, es la «estrella que nos guía» hacia la patria celestial, el «puerto seguro» en el que encontrar consuelo y refugio. Guiados por ella, los creyentes avanzan con confianza, conscientes de su presencia dulce que constantemente lleva a Cristo».