«Esta amnistía –aclaró monseñor Frassia, obispo de San Carlos de Bariloche — se refiere a todos los extranjeros indocumentados que ya están trabajando en la Argentina, que están radicados y han formado sus familias aquí y no aquellos que están por venir».
Especificó que dicho decreto debe involucrar y beneficiar a la gente que está hace ya unos años y a quienes a través de la documentación convertiríamos en ciudadanos y trabajadores legales y poder de alguna manera protegerlos a ellos y sus familias para que puedan trabajar bajo la ley y no en negro, aportar a las cargas sociales y contribuir con los impuestos, mejorando su condición, la igualdad de obligaciones y oportunidades, y mejorando al Estado mismo como tal, evitando abusos y condiciones de trabajo infrahumanas o miserables».