ROMA, 14 mar 2001 (ZENIT.org).- El conocido compositor georgiano Giya Kancheli, huésped en Italia de la Institución Universitaria de Conciertos, ha llevado su música a los inmigrantes que son acogidos por la Caritas de Roma.
La obra es simbólica, «Exil», y se basa en un texto del poeta rumano de origen judío Paul Celan. Fue interpretada por el grupo musical «Alter Ego» y la solista soprano Alda Caiello.
La Cáritas de Roma considera que no basta compartir el pan con los hermanos inmigrantes, se puede compartir también la música con los más pobres. El concierto tuvo lugar en el comedor que la Caritas romana tiene en la estación central de trenes de la Ciudad Eterna.
Las palabras y la música dejaron así espacio el dolor del exilio. El exilio de Celan que, tras la deportación nazi y los trabajos forzados, eligió el retiro voluntario en Francia. Exilio con el que también se siente identificado Kancheli, obligado en 1990 a dejar su tierra destruida por la guerra civil, para refugiarse primero en Berlín y luego en Amberes, donde vive y trabaja en la actualidad.
El compositor Nicola Sani, consultor artístico de la Institución Universitaria de Conciertos, explica el significado de esta iniciativa: «Debería ser el sentido de la música de todos los días y sobre todo de la música de hoy, la de nuestro tiempo. En nuestra sociedad se da una situación absurda: separar la música de las personas y crear categorías, de modo que la música contemporánea sea escuchada sólo por «personas especializadas», educadas para ello. Debería ser algo que se vive en las calles».
«Esta iniciativa –añade Sani– lleva de nuevo la música a su verdadera esencia de testimonio de nuestro ser personas humanas hoy, y del arte como vehículo de comunicación entre hombres de todas las categorías, sin distinción de clase u origen social».
En sintonía con el contenido de la obra, los numerosos inmigrantes presentes en la sala han mostrado aprecio por el singular regalo musical.
El mismo compositor Giya Kancheli en el concierto se conmovió, y afirmó: «Creo que esta interpretación es la más importante de mi vida. «Exilio» es el nombre de una de las partes de mi obra y ha sido tomado de la poesía. Quizá aquí, en la Caritas, están más preparados para comprender el sentimiento de mi música, que es triste, melancólica y presdispone a este tipo de pensamientos».