En un comunicado, monseñor Uriarte, tras constatar que «la luminosa mañana de este domingo ha quedado ensombrecida por el asesinato de Santos Santamaría, servidor del orden público de Cataluña», añadió: «No se puede matar por ninguna causa a un hombre, a un hijo de Dios, a un hermano».
«Su vida es sagrada porque es el máximo don del Creador. Su muerte violenta es, por tanto, un gravísimo pecado que la Iglesia debe denunciar con claridad y energía», añadió.
El obispo donostiarra ofreció su «más conmovida condolencia» a la familia de Santos Santamaría, al Cuerpo de los Mossos d´Esquadra, al obispo de Girona «y a todo el noble pueblo catalán». «Ruego por todos los que en el cuerpo o en el espíritu han quedado heridos por este terrible atentado», concluyó.