ROMA, 22 mar 2001 (ZENIT.org).- Los superiores generales de la congregaciones masculinas y femeninas de la Iglesia también han tomado posición sobre el tema de los abusos sexuales sufridos por religiosas particularmente en África.
Después de que la Santa Sede informara con un comunicado emitido por Joaquín Navarro-Valls que ya se están tomando medidas para evitar que se repitan estos tristes hechos (Zenit, 20 de marzo de 2001), un comunicado conjunto de la Unión de Superiores Generales y de la Unión Internacional de las Superioras Generales confirma que se trata de un «problema conocido» y que ya se han adoptado medidas «concretas».
Ahora bien, el comunicado, distribuido por la Sala de Prensa de la Santa Sede, invita a ver en su justa medida este fenómeno, pues en el mundo hay un millón de religiosas y unos 200 mil religiosos.
«La vida consagrada quiere transmitir esperanza a un mundo dividido por las guerras, los nacionalismos, tantas formas de injusticia de los individuos y las estructuras», recuerda el documento. En esta labor, al menos seiscientos religiosos han perdido la vida en los últimos diez años de manera sangrienta, según revelaba ayer la agencia Fides.
«Reafirmamos, por tanto, en plena sintonía con el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, que «algunas situaciones negativas no pueden hacer olvidar la fidelidad a menudo heroica de la inmensa mayoría de los religiosos, religiosas y sacerdotes»», concluye el documento.