Los zapatistas impulsan sin Marcos la paz en Chiapas

Comandantes del EZLN intervienen en el Congreso mexicano

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CIUDAD DE MÉXICO, 29 mar 2001 (ZENIT.org).- El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) intervino ayer en la tribuna del Congreso de México para reconocer las «señales de paz» lanzadas por el presidente Vicente Fox y anunció su disposición a iniciar el diálogo con el Gobierno.

Entre los oradores zapatistas no tomó la palabra el «subcomandante Marcos», quien hasta ahora no sólo había sido jefe militar del grupo, sino también portavoz. Subieron a la tribuna más bien cuatro comandantes indígenas, «Esther», «David», «Zebedeo» y «Tacho», desarmados y encapuchados, para reclamar la aprobación de una ley que reconozca los derechos de los pueblos indios. En la intervención expresaron su respeto por las instituciones mexicanas y su voluntad de paz.

Una ausencia significativa
La comandante «Esther» explicó la ausencia de Marcos afirmando que quienes realmente mandan en el EZLN son los «comandantes» y no el «sub», que cumplió con su misión al llevar a los dirigentes ante la tribuna del Parlamento.

«El respeto que ofrecemos al Congreso es de fondo y también de forma –añadió la comandante indígena–. No está en la tribuna el jefe militar de un ejército rebelde, está la parte del EZLN que representa la dirección política de un movimiento legítimo con el legado de lograr, por medio del diálogo, la reconciliación y la paz digna en Chiapas».

Los zapatistas han respondido así a la petición que presentó el domingo pasado, durante su homilía, monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de las Casas en Chiapas, quien mostró su apoyo a la decisión del EZLN de abandonar las armas y de afrontar el diálogo político, y condenó la dureza de las posiciones asumidas por Marcos.

«Es muy esperanzador que se conceda al EZLN tiempo y espacio para escucharlo en la Cámara de Diputados, pues de esa forma se sigue desactivando la guerra en Chiapas –explicó el prelado–. Los zapatistas ya no quieren matar ni exponerse a que los maten. Están demostrando que han optado por ser una fuerza política, que impulse cambios a favor de una mayor justicia para todos. En ello, muchos estamos de acuerdo, a pesar de las intransigencias y del lenguaje tan agresivo de su máximo dirigente», el hasta entonces portavoz Marcos.

«Si fuera más justo y más equilibrado en sus apreciaciones, sin aferrarse a posiciones infranqueables –advirtió refiriéndose al «subcomandante»–, habría muchos más mexicanos que les apoyarían. Y esperamos que al pedir justicia para todos, empiecen por practicarla con quienes disienten de su organización, para que no haya más divisiones en sus comunidades».

Los indígenas, los consentidos por Dios
«Es tiempo de aceptar a los indígenas, con su derecho a ser plenamente mexicanos, pero diferentes en sus culturas –subrayó el prelado–. Dios Padre nos quiere unidos como hermanos, sin rechazos ni discriminaciones. Es urgente darles el lugar que merecen en la casa común, que es México. En vez de negarse a darles la mano y la palabra, hay que abrirles el corazón y alegrarnos con ellos, porque al fin pueden ocupar el lugar que siempre les ha correspondido».

«Reconozcamos a los indígenas como nuestros hermanos, pues son los más consentidos por Dios Padre, ya que son los más necesitados de atención, que tanto se les ha regateado –concluía el prelado–. Ojalá que los legisladores y el resto de los ciudadanos les abramos el corazón y hagamos fiesta, porque estaban excluidos, y ahora ya están para siempre con nosotros».

Como muestra de esos deseos de paz, el EZLN ha dado instrucciones a su interlocutor, Fernando Yáñez, para que inicie contactos que permitan reanudar el diálogo con el gobierno, suspendido en 1996.

«Esther» reconoció que las órdenes del presidente Fox, «han sido una señal de paz» a la que «no responderemos con señal de guerra». Por ello, dijo, el EZLN ordenó también a «Marcos», su jefe militar, que las bases zapatistas no invadan los terrenos de los cuarteles militares de la zona de conflicto que el presidente ordenó desalojar.

Más de 650 periodistas, unos 150 legisladores y cientos de «invitados» acudieron a la intervención zapatista en el Congreso. «Marcos» y los 23 comandantes regresarán a Chiapas al haber cumplido el objetivo de la movilización que les sacó de la Selva Lacandona el pasado 24 de febrero y les ha mantenido en la Ciudad de México durante 18 días.

Pese al optimismo que despertó la declaración zapatista, tanto los comandantes del EZLN como el presidente Fox fueron prudentes en sus comentarios y admitieron que aún queda un largo camino para la paz y el reconocimiento constitucional de los derechos indígenas.

Sin embargo, ambas partes coincidieron en que se ha cerrado una etapa de confrontación en favor de una oportunidad para la paz, aunque no es la primera vez que se frustra el diálogo entre el EZLN y el gobierno.

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ZENIT Staff

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