La iglesia, que tradicionalmente es el marco escogido por los monarcas de España para celebrar sus bodas reales, acoge a los gitanos «para que vean que ellos se casan en donde también se casan los reyes», ha asegurado el padre Ramón López Merino, delegado diocesano de pastoral gitana del arzobispado de Madrid y principal impulsor de esta iniciativa.
Según el padre López Merino, «llevamos cinco años celebrando esta misa. No coincide con ninguna fiesta especial, sino que la celebramos para que los gitanos, que habitualmente viven dispersos, se puedan juntar al menos un día para dar gracias a Dios y encomendarle el nuevo año».
Este año está previsto celebrar dentro de la misa dos bautizos, uno de ellos de un niño rumano, «para que podamos entrar en ese mundo tan dramático que es el de los gitanos del Este», ha dicho el sacerdote.
«En los primeros años teníamos decenas de bodas, bautizos y comuniones en estas misas, pero hemos ido reduciendo el número, porque lo que queremos es que los gitanos lo celebran en sus parroquias», prosigue el padre López Merino.
En la misa, que comenzará a las cinco de la tarde y concluirá con un aperitivo, cantará un coro rociero de unos 30 artistas, que ya ha actuado en anteriores ocasiones.
Este año, la eucaristía cobra una especial importancia ya que la Conferencia Episcopal Española publicaba el pasado 18 de diciembre el documento «La Iglesia de España y los gitanos», que animaba «a nuestras parroquias a intensificar la acogida, la solidaridad y la evangelización de la comunidad gitana».
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Jan 08, 2003 00:00