La Iglesia en México condena el uso de la violencia contra inmigrantes en Estados Unidos

MÉXICO, miércoles, 18 agosto 2004 (ZENIT.org).- Exponentes de la Iglesia católica en México han condenado el reciente anuncio de las autoridades fronterizas de los Estados Unidos, según el cual, empezará a utilizar balas de goma con gas pimienta para detener a los inmigrantes –hombres, mujeres, niños– que intenten llegar a la nación vecina del norte.

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En su última edición, el semanario católico «Desde la Fe», que distribuye la archidiócesis de México, expresa que de ninguna manera debe avalarse el uso de la violencia en contra de los inmigrantes (ni de ningún ser humano).

En un acuerdo bilateral firmado con Estados Unidos en 2001, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), en una actitud inadmisible, según el semanario, aceptó que la patrulla fronteriza utilice armas no letales en contra de los mexicanos que buscan «el sueño americano» y que, anualmente, mandan remesas a sus familias del orden de los doce mil millones de dólares.

«Por ningún motivo debió permitirse que los mexicanos fueran agredidos», señaló el artículo del semanario que, haciéndose eco de una postura compartida por toda la opinión pública del país, pidió a las autoridades de México y Estados Unidos, ponerse a trabajar en una reforma migratoria justa y sensible que no viole los derechos humanos de los mexicanos.

Al respecto, el cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, señaló que no está de acuerdo con el uso de este tipo de medio para controlar a los inmigrantes.

«Creo, dijo, que todos los estados tienen derecho a cuidar sus fronteras, a ordenar la emigración, pero todos los estados, México y Estados Unidos en este caso concreto, tienen la estricta obligación de cuidar los derechos humanos, de no violar a las personas en sus derechos más importantes, de no sacrificar la dignidad de la persona por cuidar una frontera», afirmó.

Por su parte, el obispo de la diócesis de Ciudad Juárez, Renato Ascencio León, consideró que el uso de balas de goma con gas pimienta para evitar el ingreso de trabajadores indocumentados a Estados Unidos es una medida violatoria de los derechos humanos.

«No es válido el argumento del personal de la Patrulla Fronteriza de que era mejor utilizar las balas de goma que las de plomo, pues en una se vulnera la vida y con otra los derechos de los hombres», dijo el obispo de una de las zonas fronterizas que registran mayor flujo migratorio a lo largo de los casi tres mil kilómetros que comparten México y Estados Unidos.

El obispo Ascencio León dio a conocer que el mes de septiembre próximo se reunirán miembros de la Iglesia católica mexicana en un taller nacional sobre derechos humanos en Ciudad Juárez para adoptar una postura de conjunto.

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ZENIT Staff

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