El arzobispo Fernando Filoni ha comentado las declaraciones de la ministra iraquí de Desplazamientos y Emigraciones, Pascale Icho Warda, según la cual, unos 40.000 cristianos han abandonado el país desde inicios de agosto, tras los atentados contra iglesias del país.
«No puedo avalarlas ni contradecirlas, pero me parecen realmente elevadas. Aquí los estudios se calculan por familias y no por individuos», afirma en declaraciones concedidas a la agencia «AsiaNews».
«Sabemos que las familias se van y que abandonan sus casas y su actividad laboral: es un fenómeno que se está difundiendo y también los párrocos nos indican que familias enteras están partiendo, pero no sabemos si la cifra corresponde a la verdad».
«Las bombas en las iglesias han aumentado la preocupación, antes la situación era más tranquila», constata.
El arzobispo señala que el problema afecta a toda la población, «no sólo a los cristianos».
«Lo primero que se espera es la posibilidad de restablecer la convivencia común y una mayor seguridad para toda la población civil. Otro factor que no hay que descuidar es la necesidad de un trabajo para poder sustentar a la familia», informa.
«No son exigencias específicas de los cristianos, tienen que garantizarse a toda la población iraquí», insiste.
Por este motivo, el prelado concluye constatando que la clave está en la voluntad por parte de todas las partes implicadas en Irak por garantizar la «estabilidad» y la «tranquilidad». «Si se da esta voluntad inicial, el resto será más fácil de alcanzar».