Cáritas de Sri Lanka da prioridad a la ayuda a las comunidades de pescadores

Se han quedado sin casa y sin medio de trabajo

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ROMA, martes, 11 enero 2005 (ZENIT.org).- De acuerdo con las informaciones facilitadas desde el terreno por los miembros del equipo de expertos de Cáritas Internacional que evalúa sobre la zona los daños del maremoto, el personal de las Cáritas locales de las zonas costeras de Sri Lanka, uno de los países más afectados por la catástrofe natural, están dando la máxima prioridad a la atención a las comunidades de pescadores.

Según las estimaciones más fiables realizada por la Cáritas diocesana de Galle, en el cinturón costero entre Benota y Hambanthota los daños son dramáticos.

En conjunto, se calcula que el 80 por ciento de la flota pesquera de bajura de Sri Lanka ha quedado destruida por el paso del «tsunami», lo que se traduce en la pérdida de casi 23.000 barcos pesqueros.

La acción de Cáritas se dirige en dos direcciones: por una parte, garantizar asentamiento temporal y ayuda de emergencia a las familias de pescadores damnificadas y, por otra, poner en marcha planes urgentes de recuperación de la actividad pesquera para que las comunidades afectadas dispongan cuanto antes de sus medios de vida tradicionales.

En boca de los propios pescadores, se calcula que cada uno de ellos necesitarán ayudas de entre 1.500 y 5.000 euros para adquirir una pequeña embarcación y sus correspondientes artes de pesca. Con estas ayudas, cada familia tendría garantizados unos ingresos mínimos de subsistencia de entre 3 y 7 euros diarios.

Al mismo tiempo que la Cáritas de Sri Lanka pone en marcha programas específicos de ayuda para la reconstrucción de la flota pesquera, las comunidades de pescadores están siendo acogidas en los templos de las zonas afectadas.

En la diócesis de Galle, la Cáritas local está atendiendo a unas 5.000 personas a las que se les está ofreciendo albergue temporal con el apoyo de los misioneros oblatos. En la actual fase de emergencia, los voluntarios de Cáritas se encargan de cocinar y repartir alimentos a los damnificados, además de distribuir ropa y productos básicos de higiene.

Además de esta acción puntual en las regiones pesqueras, Cáritas Sri Lanka está trabajando a favor de los damnificados en estrecha colaboración con una importante contraparte local, la organización HUDEC (Human Development Centre). Gracias a este trabajo conjunto se está atendiendo en la actualidad a un total de 9.900 familias en 37 campos de desplazados ubicados en los distritos de Jaffna, Kilinochchi y Mullaitivu, en el norte de la isla.

Al mismo tiempo, y dado que este lunes se reanudó, en condiciones de gran precariedad, la actividad escolar, Cáritas está repartiendo a los niños material escolar enviado a las zonas siniestradas desde la capital, Colombo. Cáritas de Sri Lanka está repartiendo también a las víctimas del maremoto partidas importantes de ayuda en especie que ha sido aportadas a la entidad por donantes privados.

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ZENIT Staff

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