CUDAD DEL VATICANO, domingo, 23 enero 2005 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención de Juan Pablo II antes de rezar la oración mariana del Ángelus este domingo junto a los peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.
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1. Se está celebrando en estos días la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que en Roma se concluirá, como de costumbre, con la celebración de las Vísperas, el 25 de enero, en la Basílica de San Pablo Extramuros. Me uniré espiritualmente a esa liturgia, en la que participarán representantes de otras iglesias y confesiones cristianas, y que será presidida por el cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos.
2. Invito a las comunidades cristianas a vivir intensamente esta cita anual espiritual, que nos hace experimentar ya desde ahora, en cierto sentido, la alegría de la plena comunión al menos en el deseo y en la invocación común. En efecto, se hace cada vez más clara la conciencia de que la unidad es en primer lugar un don de Dios que hay que implorar sin cansarse en la humildad y en la verdad.
3. Que María Santísima, Madre de la Iglesia, nos ayude a superar todo obstáculo y a obtener cuanto antes este don. Exhorto de corazón a todo creyente, en particular a los jóvenes, a prolongar durante todo el año el compromiso ecuménico y a convertirse en todo lugar en instrumentos y testigos de la plena comunión invocada por Cristo en el Cenáculo.
[Después de rezar el Ángelus, añadió:]
Se celebra hoy en Roma la Jornada de la Escuela Católica sobre el tema «Iglesia, familia y escuela: juntos para educar». Para renovar este compromiso, están presentes en la plaza de San Pedro dirigentes, maestros, padres y alumnos de las escuelas católicas de Roma, junto a los responsables pastorales de la diócesis. Les dirijo mi saludo cariñoso y agradecido, con el deseo de que el servicio precioso ofrecido por las escuelas católicas sea cada vez más apreciado y apoyado por la comunidad eclesial y la civil
[Hablando en castellano, el Papa añadió:]
Saludo a los peregrinos de lengua española, especialmente a los de las parroquias de La Epifanía, San Francisco Javier y Santa Marta de Valencia, así como a los diocesanos de Ávila y de Extremadura. ¡Orad por la plena comunión de los cristianos. El mundo espera vuestro testimonio evangélico de unidad! ¡Gracias!
[Volviendo a hablar en italiano, concluyó]
Deseo a todos un feliz domingo.
[Traducción del original italiano realizada por Zenit]