Pésame de la Iglesia en la India por la muerte de cientos de peregrinos hindúes

En una avalancha humana en un templo del Estado de Maharashtra

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NUEVA DELHI, miércoles, 26 enero 2005 (ZENIT.org).- La Iglesia católica en la India ha expresado su dolor por la muerte de aproximadamente 330 peregrinos hindúes –la mayoría mujeres y niños– atrapados el martes en una avalancha humana en un templo del Estado de Maharashtra.

«Estamos profundamente entristecidos por este lamentable accidente», manifestó el padre Babu Joseph, portavoz de la Conferencia Episcopal del país (CBCI), según cita el servicio informativo del organismo (ICNS).

La Iglesia en la India «expresa su sentido pésame a los familiares de los fallecidos y pide a Dios que les dé fortaleza en esta hora de dolor», añadió.

El episcopado indio también ha solicitado a las autoridades que mejoren las instalaciones en los centros de peregrinación de cualquier religión, que forman parte de la vida del país.

Los informes afirman que un cortocircuito originó un incendio en el templo de Mandharadevi, dedicado a la diosa Kali, al que habían acudido más de 200 mil personas –si bien la cifra podría ser superior– con ocasión de la peregrinación que cada año, en luna llena, se celebra durante nueve días.

El día más importante de la peregrinación este año, siguiendo el calendario hindú, fue el martes, momento que atrajo a multitud de fieles al templo, situado en lo alto de una colina cerca de Wai.

El incidente ocurrió pasada la una de la tarde, cuando los peregrinos subían al recinto sagrado a hacer la tradicional ofrenda de óleo a la diosa. Al ver las llamas en el templo, el apresuramiento de la gente en la única vía acabó en avalancha.

Se calcula que más de un millar de personas han resultado además heridas, muchas de gravedad.

La situación empeoró cuando, llevadas por su desesperación al ver lo ocurrido, algunas personas prendieron fuego a algunas floristerías en la proximidad. La multitud también incendió algunas tiendas de campaña provisionales, provocando la explosión de bombonas de gas, lo que aumentó el pánico.

Se teme que la cifra de fallecidos aumente, dada la situación crítica de muchos hospitalizados. Toda la noche han tenido que trabajar los servicios de socorro para controlar el fuego en el templo.

Los trabajos de rescate se vieron gravemente obstaculizados por el bloqueo de tráfico en la zona. Los heridos más graves están ingresados en Pune, pues los hospitales en las cercanías de Wai Taluk carecen de los medios adecuados de tratamiento.

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ZENIT Staff

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