COLOMBO, miércoles, 26 enero 2005 (ZENIT.org).- Este miércoles, la capital de Sri Lanka ha sido escenario de una celebración interreligiosa en la que han participado budistas, hinduistas, cristianos y musulmanes en memoria de los más de 31 mil fallecidos por el «tsunami» que, golpeando también otros países del Indico, arrasó la isla hace un mes.
La iniciativa ha partido de la «Inter-religious Peace Foundation», organización para el diálogo religioso y la paz, que tiene en programa otra para el próximo 5 de febrero, fecha en que partirá de la capital una marcha hacia la ciudad de Jaffna, al norte del país, en un recorrido que atravesará territorio controlado por los «Tigres para la Liberación de la Patria Tamil».
En el trayecto se hará parada en las principales localidades afectadas por la tragedia a fin de verificar las necesidades de la población, se orará en los lugares de culto destruidos y se llevará ayuda a los religiosos, según confirmó el monje budista Madampagama Assagi al diario «Colombo news».
De acuerdo con la fundación, al menos 77 templos budistas y 67 iglesias cristianas han sido destruidas o seriamente dañadas por la fuerza del agua. Aún se está reuniendo información sobre la situación de los templos hindúes y de las mezquitas, apunta «Misna».
«La marcha tiene el objetivo de mostrar a la gente cuál es el camino mejor –declaró el padre Damien Fernando, de Sedec-Caritas– y que se puede vivir y trabajar juntos».
Para los representantes religiosos, el anuncio de estas iniciativas ha sido también ocasión para subrayar los retrasos y las carencias en las operaciones de socorro dirigidas por las autoridades: Assagi puntualiza que, por ejemplo, las compensaciones prometidas por el gobierno –equivalentes a 3 euros por persona y 20 por familia– aún no han sido proporcionadas.
Todo el país ha vivido manifestaciones religiosas este miércoles, jornada oficial de luto por las víctimas del maremoto.
En Jaffna, el obispo local, monseñor Thomas Savundaranayagam, ha celebrado una Misa en la catedral para la minoría católica. En su homilía invitó a orar «por quien ha perdido la vida en el maremoto, por quien ha sobrevivido, a fin de que no pierda la esperanza y halle valor para recomenzar, y por una rápida obra de recuperación y reconstrucción», cita «Misna».
El prelado recordó que en la zona la mayoría de la población es tamil de religión hinduista, quienes han recordado a sus fallecidos en varias ceremonias celebradas en los templos distribuidos por la región.
De estas regiones del sur y del este, sus tradicionales bastiones, los «Tigres» han enviado un comunicado invitando «a todos a compartir el dolor y el desconsuelo de nuestros hermanos que han perdido a sus seres queridos».
La celebración católica en Mullaitivu, al sur, una de las localidades más golpeadas por el «tsunami», ha sido especialmente impactante, describe el prelado: «Un gran número de personas se reunió para participar en una Misa al aire libre. En el centro había un ataúd simbólico, con las fotos y nombres de numerosas víctimas. Al término de la celebración el ataúd fue llevado en procesión hasta donde había una igleisa, arrancada por el maremoto».
La cifra total de víctimas mortales por el maremoto del día siguiente de Navidad, con epicentro al noreste de Indonesia, se acerca a las 300 mil, un tercio de las cuales son niños.