MADRID, martes, 6 diciembre 2005 (ZENIT.org).- La beata Victoria Díez, titular ya de varios centros educativos y de acción social en diversas partes del mundo, dará su nombre a dos iniciativas más, en España y México, que encajan perfectamente con lo que fue su misión de maestra rural y catequista.
La joven mártir, nacida en Sevilla, España, ha sido elegida para dar nombre a un nuevo centro educativo de la diócesis de Córdoba, en la que dió la vida por la fe. La diócesis andaluza ofrece a cristianos laicos una sólida formación teológica con la reciente creación del Instituto Superior de Ciencias Religiosas, Beata Victoria Díez, afiliado a la Facultad de Teología San Dámaso, de Madrid.
Además, la beata Victoria Díez es titular de un nuevo centro de derechos humanos en León, México, en una zona en la que ya trabajaban seis asociadas de la Institución Teresiana. A esta asociación internacional católica pertenecía también la maestra mártir que ahora preside la entrada del centro.
El proyecto de la diócesis de Córdoba, en la que dio la vida por la fe Victoria en 1936, reúne una serie de iniciativas para capacitar a los laicos que llevan a cabo su misión en el campo educativo y de evangelización. Ofrece formación para la diplomatura o licenciatura en Ciencias Religiosas, así como la Declaración Eclesiástica de Idoneidad (DEI), necesaria para impartir la asignatura de Religión en la enseñanza oficial española.
De muy distinta índole es el centro de derechos humanos recientemente inaugurado en la ciudad de León, México. Una zona deprimida por la emigración a otras ciudades del país y a Estados Unidos aunque es considerada “el granero de México”.
En los años sesenta, se inició en este estado de Guanajuato una política de descapitalización del campo que produjo la salida de mano de obra, y llevó a la región a ocupar uno de los primeros puestos en el ranking de emigración, aún siendo una tierra fructífera.
“Este centro anhela que quienes participan en él lleguen a ser autónomos, con la necesaria comprensión de sí mismos y conscientes de su valor como personas”, explicó María de Jesús, del equipo que dirige el centro.
Según asegura Ana Maestre, de la Institución Teresiana, el centro pretende formar sujetos “que incorporen a su vida los derechos humanos y la vida en democracia, reconociendo la dignidad del otro, la solidaridad, la participación y la organización”. En definitiva, formar personas “que sean sujetos de su propia historia, lo que equivale a vivir una historia compartida, tejida junto a otros y otras”.
En este contexto, añade Maestre, la ciudad de León se caracteriza “por dar cobijo a muchas familias campesinas que buscan ofrecer mejores condiciones de vida a sus hijos e hijas, formándose así un enorme anillo, en torno a la ciudad de colonias pobres”. Colonias integradas por personas que buscan trabajo, escuelas, “en una palabra el pan de cada día”, comenta.
En estos veinte años, la Institución Teresiana han trabajado en la zona con obreros, campesinos y maestros. En el año 2000, al ver los cambios en las condiciones sociales, empezó a dar vida a un sueño: “aliviar el sufrimiento del pueblo, tener la mirada atenta en los rostros humanos que luchan, pero que también miran al cielo y que encuentran las estrellas, y en ellas la esperanza”, subraya Maestre.
De ese sueño surge el Centro de Derechos Humanos Victoria Díez para mujeres de colonias suburbanas, maestros y quienes soliciten el servicio o quieran colaborar.
Ana Maestre trabajaba ya en la organización y funcionamiento de una cooperativa de ahorro, que fue un apoyo para las carencias que sufren las mujeres de la zona y sus familias. Fruto de este trabajo son cuatro grupos que promueven el ahorro solidario. Cada grupo cuenta con una tienda de abastos en la que comprar productos básicos a un precio asequible.
Otro logro del centro, indica Maestre, es haber formado a un grupo de maestras que ahora están creando, cada una en su escuela, “una cultura de derechos humanos en los jóvenes de secundaria y bachillerato”.
El centro también presta atención personal a mujeres que sufren violencia, mediante una asesoría jurídica, “ya que estamos convencidas que la persona y su crecimiento es lo más importante para ir construyendo un mundo más justo, niños y niñas más felices y con mayores posibilidades de desarrollo”, explica.
Una actividad más reciente es la formación y organización de empresas sociales. El centro ha impulsado ya la adquisición de tres locales, con un grupo en formación, en fase de implementación.
Para todo ello han contado con el apoyo, económico y de recursos humanos, de la Institución Teresiana, la organización InteRed y la Unión Europea. Para saber más sobre la beata Victoria o estas dos iniciativas se puede consultar: Diócesis de Córdoba, Institución Teresiana.