VIENTIANE, lunes, 12 diciembre 2005 (ZENIT.org).- En el último momento el gobierno de Laos ha dado marcha atrás y ha retirado el permiso para la celebración de la que habría sido, el pasado 8 de diciembre –solemnidad de la Inmaculada Concepción–, la primera ordenación sacerdotal en el país asiático en tres décadas.
Confirmó la noticia el viernes la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME) «AsiaNews», citando declaraciones del vicario apostólico de Vientiane, monseñor Jean Khamsé Vithavong OMI: «Los soldados vigilan la iglesia para asegurarse de que la orden se cumpla. Ahora habrá que esperar y ver cómo se desarrolla la situación».
«Por lo que parece, ninguna explicación se ha dado por parte de las autoridades para aclarar el rechazo de un rito que había sido autorizado, si bien con limitaciones: no podía tener lugar en la localidad natal del ordenando y no debía tener excesiva participación», apunta la agencia del PIME.
La ordenación de Sophone Vilavongsy, de 32 años, laosiano y misionero Oblato de María Inmaculada (OMI), tenía un significado especial para la Iglesia en Laos, donde en 1975, cuando llegó al poder el comunista Patheth Lao, fueron expulsados, sin posibilidad de retorno, todos los misioneros extranjeros.
Desde ese año no le es posible entrar ni operar en el país a ningún instituto religioso internacional con miembros extranjeros. Existen casas de formación de las religiosas Amantes de la Cruz (vietnamitas) y de las Hermanas de la Caridad de St. Jean Antida (francesas), pero todas jóvenes laosianas.
En todo el país hay un seminario mayor en Paksé –aprobado, pero controlado por el gobierno–, con educadores y docentes laosianos. Un religioso, como turista, se acerca a Laos una vez al año durante ocho días e imparte un intensísimo curso de Teología.
Autorizada inicialmente por el gobierno, la ordenación presbiteral de Sophone Vilavongsy había sido preparada en la pequeña catedral del Sagrado Corazón de Vientiane.
«La ordenación de Sophone se verá eclipsada por la prohibición del gobierno de celebrarla de manera pública y solemne en la localidad natal de Sophone y mía, que es también el primer lugar cristiano de Laos (…). Celebraré la ordenación de forma discreta en Vientiane, en la pobre y pequeña catedral. Orad por nosotros… ¡Es difícil!», había expresado antes de que llegara el 8 de diciembre monseñor Khamsé Vithavong, único y último oblato laosiano, ordenado el 25 de enero de 1975.
Ya se habían trasladado al país para la anunciada ordenación presbiteral personas de Australia, donde el futuro sacerdote se formó, pronunció sus votos perpetuos y fue ordenado diácono.
Los oblatos tienen un vínculo especial con Laos. Más de un centenar de ellos, sobre todo franceses e italianos, fueron misioneros en el país asiático entre 1935 y 1975. Una pequeña pero viva comunidad se desarrolló y algunos pueblos eran casi por completo católicos. Durante la guerra siete oblatos fueron asesinados y, tras la victoria de los comunistas, todos los demás expulsados.
Sin embargo se quedó monseñor Khamsé Vithavong, quien ha desarrollado su labor estas tres décadas, ayudado actualmente sólo por un anciano sacerdote, el padre Khamphan.
El diaconado y votos perpetuos de Sophone son un «signo de esperanza por el futuro», manifestó el obispo, según recogió «AsiaNews».
Igualmente ha conocido el sufrimiento a causa de la guerra la familia del futuro sacerdote Sophone Vilavongsy, cuyo padre –anti-comunista– fue enviado a campos de trabajos forzados y obligado a abandonar el pueblo católico para establecerse en uno no cristiano, donde finalmente su familia –su esposa y ocho hijos, seis varones y dos mujeres— pudo reunirse con él. Desde el lugar, donde vivieron mucho tiempo, debían recorrer 40 kilómetros para ir a Misa a Vientiane.
Más información sobre los Misioneros Oblatos de María Inmaculada en www.omiworld.org