Polonia demostrará que su amor al Papa no dependía del origen de Juan Pablo II

Entrevista con monseñor Ncyz, obispo de Koszalin-Kolobrzeg

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ROMA, jueves, 9 marzo 2006 (ZENIT.org).- La visita de Benedicto XVI a Polonia mostrará que el amor de este pueblo por el Papa no dependía del origen polaco de Juan Pablo II, considera monseñor Kazimierz Nycz, obispo de Koszalin-Kolobrzeg.

Monseñor Nycz, de 56 años, quien ayudó a organizar varias de las visitas de Karol Wojtyla a su país natal, ha revelado a Zenit algunos de los pasos más importantes que recorrerá el pontífice alemán en Polonia.

La visita pastoral tendrá lugar del 25 al 28 de mayo. El lema es «Sed fuertes en la fe». El programa prevé que el Santo Padre visite Varsovia, el santuario mariano de Jasna Gora en Czestochowa, Cracovia, Wadowice, ciudad de nacimiento de Karol Wojtyla y el cercano santuario de Kalwaria Zebrzydowska.

«Hay también planificada una segunda reunión interreligiosa con líderes judíos en Auschwitz-Birkenau –revela, recordando que el Papa ya visitó la sinagoga de Colonia, en agosto pasado–. En su conjunto, ambas visitas testimonian la gran importancia que el Papa asigna a los encuentros interreligiosos» y considera que este encuentro tendrá un impacto «mundial».

El prelado desmiente que, con la muerte de Juan Pablo II, el amor del pueblo polaco, especialmente entre los jóvenes, haya desfallecido.

«Pienso que la reacción de los polacos y de los jóvenes a la elección del nuevo Papa no confirma el miedo a una identificación peligrosa del papado con el hecho de ser polaco –opina–. Como nación, hemos demostrado nuestra fe en el ministerio de Pedro».

Esto se podrá ver, revela a Zenit, en el encuentro que tendrá el Papa con los jóvenes en Lagiewniki, pues «los jóvenes polacos aman al Papa de Alemania».

Tras la muerte del Papa polaco, el obispo considera que el desafío de la Iglesia en su país se puede sintetizar en estos elementos: «memoria, acción de gracias, fidelidad a una herencia».

«A todo ello se suma el reto más importante: una continua fidelidad a Dios y a la humanidad bajo la guía del nuevo Papa», aclara.

«Estoy profundamente convencido de que la esperada peregrinación de Benedicto XVI nos ayudará a comprender mejor que estábamos caminando tras el Papa Juan Pablo II no porque fuera polaco».

«Íbamos tras él porque nos guiaba hacia Cristo y nos enseñaba cómo ser Iglesia y amar a la Iglesia», reconoce.

«La Iglesia siempre necesita un liderazgo así; y el Santo Padre, Benedicto XVI, nos guía consciente de los problemas del mundo contemporáneo y enraizando su teología en Dios, que es Amor», concluye.

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ZENIT Staff

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