En este comunicado Cáritas mexicana expresa su solidaridad ante el dolor de las familias de los mineros y se suma a la indignación que experimentan ante una tragedia que, en palabras del obispo emérito Talavera Ramírez, «pudo evitarse».
Más adelante, Cáritas le exige a los dueños de la mina, Industrial Minera México, que le otorguen a las familias de los trabajadores fallecidos la indemnización que en justicia les corresponde y que, en adelante, garanticen mejores condiciones de trabajo a los mineros del país.
A las autoridades federales de México, Cáritas les pide una investigación de los hechos, que no queden en la impunidad y que la indagación la realicen instancias que no estén desacreditadas ante la población del país; que sea rigurosa, que se retiren aquellos que han prestado dudosa ayuda a las familias de los mineros y que responda al reclamo social ofreciendo «un informe detallado sobre las medidas que tomarán, para que Pasta de Conchos no se vuelva a repetir en ninguna otra zona minera» de México.
Finalmente, monseñor Carlos Talavera Ramírez, pide a la sociedad mexicana la atención para que mejoren las condiciones de salario y empleo de miles de trabajadores mineros que hoy son explotados.
Los obispos mexicanos responden así a la necesidad de que la tragedia no quede en el olvido y tampoco se politice, pues desde el momento mismo de la explosión, a mediados del mes de febrero, las fuerzas políticas que en estos meses disputarán la presidencia de México han tomado el caso para lucrar entre sus propias militancias.