Si bien al cierre de esta edición no se conocían los contenidos del encuentro, que tuvo lugar en la biblioteca privada del Santo Padre, en el palacio apostólico, todo parece indicar que uno de los argumentos centrales fue la situación de la paz en Oriente Medio.
Fuentes vaticanas definieron el ambiente como «cordial».
Tras el coloquio y las acostumbradas fotos, tuvo lugar un intercambio de simbólicos dones. Mubarak obsequió al Santo Padre con un cofre de plata en el que estaba grabado su nombre en árabe, mientras que el Papa entregó medallas del pontificado y rosarios al presidente y al séquito.