CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 13 marzo 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha explicado que el primer servicio que están llamados a ofrecer los cristianos a sus hermanos los hombres es el del anuncio de Jesucristo, único salvador.
Fue la conclusión a la que llegó en el discurso que dirigió este sábado al recibir en audiencia a los participantes en el congreso promovido por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y por la Universidad Pontificia Urbaniana, en el cuadragésimo aniversario de la publicación del decreto del Concilio Vaticano II «Ad Gentes»
Respondiendo a las palabras que le había dirigido el prefecto de este dicasterio vaticano, el cardenal Crescenzio Sepe, el Santo Padre recordó que «en obediencia al mandamiento de Cristo, que envió a sus discípulos a anunciar el Evangelio a todos los pueblos, la comunidad cristiana también en nuestra época se siente enviada a los hombres y mujeres del tercer milenio para darles a conocer la verdad del mensaje evangélico y abrirles de este modo el camino de la salvación».
Y esto, añadió, «no es salgo facultativo, sino la vocación propia del Pueblo de Dios, un deber que le corresponde por mandato del mismo Señor Jesucristo».