Un comunicado distribuido por el director de la Oficina de Información de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, reveló después que «el cordial coloquio, que se prolongó durante una media hora, comenzó constatando las buenas relaciones entre la Santa Sede y la República Árabe de Egipto, y la situación de las relaciones interreligiosas en ese país».
Consciente de la importancia que tiene El Cairo en las relaciones con el mundo musulmán, el Papa nombró el 15 de febrero pasado nuncio apostólico en Egipto y delegado de la Santa Sede ante la Organización de la Liga de los Estados Árabes al arzobispo británico monseñor Michael Louis Fitzgerald, hasta entonces presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.
En El Cairo tiene su sede la Universidad Al-Azhar que, con sus más de mil años de vida, es el centro de estudios e investigación más prestigioso del mundo islámico. Esta institución participa junto a la Santa Sede en el Comité de Diálogo Islámico-Católico, que publica conjuntamente importantes llamamientos a la paz entre miembros de las diferentes religiones.
Según las estadísticas oficiales, los 77 millones y medio de habitantes de Egipto, el 94% son musulmanes (en su mayoría suníes), y el 6% cristianos coptos Coptic Christian, aunque la Iglesia copta considera que podrían ser más bien el doble.
Los católicos bautizados son unos 300.000. Los católicos coptos, cuyo patriarca es el cardenal Stephanos II Gatas CM, dirigen unas 170 escuelas, en las que la mayoría de los alumnos son musulmanes.
Los coptos, tanto católicos como ortodoxos, descendientes de los faraones que resistieron al proceso de islamización de las orillas del Nilo, en numerosas ocasiones han lamentado públicamente las discriminaciones que padecen a causa de su fe
Los cristianos se han mostrado favorables al decreto que se promulgó Mubarak a finales de 2005 para facilitar la restauración de antiguas iglesias.
Según informó Navarro-Valls, en la audiencia el obispo de Roma y el presidente egipcio analizaron también «los temas relativos a una paz estable en Oriente Medio».
En particular, la conversación dio pie para un «profundo intercambio de ideas sobre la situación en Irak y repasaron los temas que afectan a la República Islámica de Irán».
El programa de producción de energía nuclear promovido por el gobierno de Teherán ha provocado un agudo debate en el seno de la comunidad internacional.