GOA, jueves, 23 marzo 2006 (ZENIT.org).- Han sido detenidos los presuntos autores de la muerte del sacerdote católico Eusebio Ferrão, cuyo asesinato, perpetrado la noche del 17 al 18 de marzo, ha conmocionado a la comunidad cristiana del Estado indio de Goa.
Una nota difundida el miércoles en la web de la Conferencia de los Obispos Católicos de la India (CBCI) informa de que dos hombres, presuntamente implicados en el asesinato del sacerdote –tenía 61 años— fueron detenidos el martes pasado en Nagpur.
Párroco de la parroquia de San Francisco Javier, en Macazana –zona meridional del pequeño Estado costero sudoccidental–, el padre Ferrão fue hallado muerto en su dormitorio el sábado por la mañana, un suceso que recogieron con pesar el diario de la Santa Sede «L’Osservatore Romano», el dicasterio misionero –a través de su órgano informativo «Fides»– y la emisora pontificia (Zenit, 21 marzo 2006).
Tras el hallazgo, la policía de Goa envió un equipo a Nagpur para detener a Amit Shukla y Manish Dubey: los dos acusados son de Allahabad (Estado de Uttar Pradesh).
Después de ser interrogados por la policía, los detenidos confesaron el crimen, según se lee en la información difundida por la CBCI.
Los dos hombres afirmaron que el padre Ferrão había sido cordial con Amit Shukla; incluso le había prometido un trabajo mejor. Shukla había visitado al sacerdote varias veces por este motivo.
La noche del pasado viernes los dos se encaminaron a la residencia del párroco. Parece ser que les ofreció de cenar. Como era tarde y no tenían transporte de regreso el padre Ferrão les dejó dormir en una habitación adyacente.
Un poco más tarde acudió a tal habitación para ver si se encontraban bien. Fue el momento en que los dos le atacaron y le asfixiaron hasta la muerte.
Según la policía actuaron bajo la influencia del licor que, dicen los acusados, les había ofrecido el párroco.
Después del crimen, haciendo autostop los agresores partieron hacia Margao, donde tomaron un tren a Kalyan.
La autopsia refleja que el sacerdote murió por asfixia, y cuenta hasta 27 heridas por arma blanca en su cuerpo.
Más de ocho mil personas acudieron al funeral del padre Ferrão en su localidad natal de Chinchinim, en Goa Sur, el martes pasado. Era muy conocido por su atención a los jóvenes, especialmente para ayudarles a encontrar trabajo.