La madre Pilar había nacido en Casas de Benítez (Cuenca). En 1938, «sintiendo el Amor de Dios en su vida, descubre la llamada a compartirlo en las Misiones creando la Compañía Misionera del Sagrado Corazón». En 1942, la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús se hizo realidad como Instituto Religioso. La firme convicción de la fundadora de esta congregación femenina misionera era que todos sus miembros debían ir a misiones.
Maria Dolores Montoliu, administradora General de la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús, ha expresado que «el fallecimiento de nuestra fundadora ha sido una mezcla de dolor y de acción de gracias porque ha muerto como ha vivido, transmitiendo el amor de Dios a todos. Ha sido una mujer de esperanza y de fortaleza, un ejemplo del amor de Dios dado a los demás».
Las misioneras de la Compañía realizan su labor de entrega a los demás en Perú, Colombia, Congo, Marruecos, India, Camboya y Cuba. Una de las características de su apostolado es la «inserción» en los pueblos a las que son enviadas, «partiendo de sus raíces culturales y abiertas al diálogo con las otras religiones».
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