La Santa Sede considera que «el tiempo es maduro» para poder entablar relaciones con China

Declaraciones del arzobispo Giovanni Lajolo, secretario vaticano para las relaciones con los Estados

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 26 marzo 2006 (ZENIT.org).- Según el secretario vaticano para las relaciones con los Estados el «tiempo es maduro» para que la Santa Sede entable relaciones diplomáticas con China.

El arzobispo Giovanni Lajolo hizo estas declaraciones el sábado en una entrevista concedida al canal televisivo de Hong Kong «I-Cable TV», comentando el nombramiento del nuevo cardenal Joseph Zen Ze-Kiun, S.D.B., obispo de esa ciudad.

Es «el signo del especial afecto que Benedicto XVI siente por toda la población china», afirmó, asegurando que el pontífice espera que este gesto «sea comprendido correctamente ».

Por lo que se refiere a las relaciones entre Pekín y la Santa Sede, monseñor Lajolo subrayó que los «católicos chinos no se sienten menos chinos por el hecho de ser católicos», y que «no es posible ser católicos si no se está en comunión con el Papa».

En caso de que «pudieran entablarse relaciones abiertas y estables entre el gobierno chino y la Santa Sede, toda tensión podría superarse sin ambigüedades», afirma en el texto sobre el que también ha informado «Radio Vaticano».

La Santa Sede, siguió diciendo el arzobispo Lajolo, «siempre ha expresado con claridad lo que pide y lo que está dispuesta a conceder», así como «aquello a lo que no puede renunciar» para «ser fiel a sí misma».

Pekín rompió sus relaciones con la Santa Sede en 1951, dos años después de la llegada al poder de Mao Zedong, expulsando al nuncio apostólico, el arzobispo Antonio Riberi.

Posteriormente la Santa Sede instaló su representación diplomática en Taiwán. China pide al Vaticano que rompa estas relaciones oficiales con la isla, algo a lo que Roma se muestras disponible.

Uno de los puntos más complicados en las relaciones mutuas es la negativa de Pekín de aceptar que el Papa nombre a los obispos católicos.

«Según nuestra opinión el tiempo es maduro», añadió, reconociendo que las autoridades chinas no pueden «ignorar las expectativas de su propia población así como los signos de los tiempos».

El mismo arzobispo Lajolo, en otra entrevista concedida al diario «South China Morning Post» de Hong Kong hizo referencia a un posible viaje a China de Benedicto XVI antes de los Juegos Olímpicos de 2008.

El Papa, reveló, se mostraría muy contento para «mostrar su amor paterno a los obispos, sacerdotes y fieles que han testimoniado y siguen testimoniando una profunda y con frecuencia sufrida fidelidad con el sucesor de Pedro».

Sin embargo, añadió, «antes tendrán que darse las objetivas condicionas necesarias y una invitación por parte del gobierno» chino.

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ZENIT Staff

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