BRUSELAS, lunes, 27 marzo 2006 (ZENIT.org).- Ha nacido una fundación que tiene como objetivo recordar a las instituciones europeas las raíces cristianas sin las que Europa no sería lo que es hoy.

La «Fundación Europa» fue presentada el 22 de marzo en la sala de prensa del Parlamento Europeo, en Bruselas.

Constituida recientemente con sede central en París y sedes destacadas en Bruselas y Milán, nace con el apoyo del Centro Europeo de Estudios sobre Población, Ambiente y Desarrollo (CESPAS) y de la Fundación Servicio Político.

El presidente de la fundación es Giorgio Salina, es colaborador de la Nunciatura ante la Unión Europea en Bruselas, y observador ante el Parlamento Europeo. Por este servicio recibió la Orden de San Gregorio Magno de la Santa Sede.

La asociación se acreditará ante las instituciones europeas y participará en las sesiones públicas, presentando su propia posición, en plena sintonía con la Doctrina Social de la Iglesia y colaborará con aquellos diputados europeos que compartan estos valores.

A la rueda de prensa asistieron los eurodiputados Antonio Tajani y Mario Mauro (Italia), José Ribeiro e Castro (Portugal), Maria Martens (Holanda), Anna Zaborska (Eslovaquia), Marie Panayotopoulos-Cassiotou (Grecia) y Peter Liese (Alemania).

Son miembros fundadores Riccardo Cascioli, presidente del CESPAS; Francis Jubert, de la Fundación Servicio Político; Kazimierz Korab, de la «Asociación de Cristianos por Europa» (Polonia); Josep Miró i Ardèvol, de la «Convención Cristianos por Europa» (España).

La asociación promoverá la mención de la herencia cristiana en el preámbulo del Tratado constitucional europeo, que por el momento se encuentra estancado.

La asociación no tiene lazos jerárquicos con los obispos católicos pero es fiel a los valores reconocidos por la Iglesia católica, y trata de promover los principios de la doctrina social «en el espíritu del manifiesto de Bruselas, proclamado en el Parlamento Europeo, el 3 de abril de 2003, haciendo visible la presencia y el compromiso de los católicos en el ámbito de las instancias europeas para que de modo democrático su posición sea considerada en las decisiones», explican los fundadores en un menaje enviado a Zenit.

Para «promover la dignidad del hombre y sus derechos, como principios fundamentales de Europa», la asociación quiere «obtener rápidamente la acreditación del Parlamento Europeo».

Pretende constituir «una red de estudiosos y expertos, dispuestos a colaborar para la profundización científica de los temas que tratan las instituciones europeas» y seguir «los trabajos de las instituciones de la Unión Europea que tocan directa o indirectamente la dignidad del hombre y sus derechos con el fin de avanzar propuestas al respecto».

Busca, además, crear «una red de asociaciones fieles a los valores que han nutrido nuestra historia europea común y sobre los que la Unión puede basarse para construir su futuro» y a organizar «congresos u otras actividades para informar y formar a los miembros de esta red, en el Parlamento Europeo o en los estados miembros».