CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 29 marzo 2006 (ZENIT.org).- Un grupo de atletas polacos llevará una antorcha encendida en la tumba de Juan Pablo II hasta su tierra natal con motivo de la celebración del primer aniversario de su fallecimiento.
Los deportistas, algunos de ellos minusválidos y militares, participaron este miércoles en la audiencia general concedida por Benedicto XVI a unos 40 mil peregrinos en la plaza de San Pedro del Vaticano.
«La antorcha de Lolek», como ha sido bautizada en referencia al diminutivo con que llamaban sus familiares y amigos a Karol Wojtyla, había sido encendida este martes en la vela que se encuentra junto a la sobria tumba del Papa polaco.
Los atletas recorrerán ciudades simbólicas para la vida de Juan Pablo II como Asís, los santuarios de Loreto y Czestochowa, o su natal Wadowice.
La llama llegará el 2 de abril a Cracovia, donde será acogida por el cardenal Stanislaw Dziwisz, su fiel secretario, y por miles de peregrinos reunidos en la catedral, al inicio de una vigilia de oración que tendrá como momento culminante las 21.37, hora en la que murió el Papa.
La delegación recorrerá unos 505 kilómetros (225 en Italia y 280 en Polonia). El resto del trayecto se hará en avión o autobús.
En cada uno de los lugares en los que se detenga la antorcha se recogerán en un «Libro de oro» testimonios o reflexiones sobre Juan Pablo II.
«La antorcha de Lolek» es una iniciativa aprobada por monseñor Slawomir Oder, postulador de la Causa de beatificación y canonización de Juan Pablo II.
