ROMA, miércoles, 29 marzo 2006 (ZENIT.org).- La Comunidad de San Egidio ha lanzado un llamamiento para salvar a los tres católicos indonesios condenados a muerte por una masacre de musulmanes que tuvo lugar en 2000.
Fabianus Tibo (60 años), Dominggus da Silva (42 años) y Marinus Riwu (48 años), de la isla de Sulawesi, fueron arrestados en 2000, acusados de homicidio e los desórdenes con motivo religioso que se produjeron en la ciudad de Poso. En 2001, el tribunal regional de Palu les condenó a muerte.
Los tres, «personas pobres y analfabetos, son probablemente tan sólo chivos expiatorios, ya que tras el hallazgo de nuevas pruebas no es seguro que hayan sido los ejecutores materiales de los crímenes, mientras que los cerebros de los disturbios cruentos de Poso siguen siendo desconocidos», afirma un comunicado de la Comunidad de San Egidio.
La Comunidad ha invitado a todos a adherirse al propio llamamiento para salvar la vida de Fabianus, Dominggus y Marinus, enviando un texto en inglés a las autoridades indonesias competentes por correo electrónico o fax.
«Manifiesto mi profunda preocupación respecto a la sentencia que ha condenado a muerte a los señores Fabianus Tibo, Dominggus da Silva y Marinus Riwu, sin tener en cuenta las nuevas pruebas aparecidas en su favor, y sin que se haya hecho plena luz sobre los eventos sangrientos de Poso, en especial sobre los autores intelectuales», dice el texto de la petición de San Egidio.
«Le exhorto a intervenir para que se descarte tal cruel e inhumano castigo. Le imploro que tal cruel e inhumana sentencia no sea ejecutada».
El mensaje tiene entre sus destinatarios al presidente de la República de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, a Abdul Rahman Saleh –fiscal general–, Abdul Hakim Garuda Nusantara –presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Indonesia–, y Hamid Awaluddin –ministro de Justicia y de Derechos Humanos–.
El llamamiento puede suscribirse desde la página web de la Comunidad de San Egidio http://www.santegidio.org/IT/pdm/news/ap_tibo_dasilva_riwu.htm
El 19 de marzo pasado, el obispo de Manado, Joseph Suwatan, visitó a los tres condenados como «enviado especial» del Papa.
A favor di «Tibo y compañeros» –come se conoce ya a los tres católicos– se han manifestado numerosas organizaciones a nivel nacional e internacional.