CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 6 marzo 2006 (ZENIT.org).- A pesar de los esfuerzos desde varios frentes internacionales, la situación en el mundo marítimo no ha mejorado; incluso afronta nuevos peligros, reconoce la reunión mundial, celebrada en Ciudad del Vaticano, del Apostolado del Mar.

Configurado como una red internacional de asociaciones y organizaciones católicas –fundada en 1922 y dependiente del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes--, el Apostolado del Mar («Apostolatus Maris») se encarga de la atención pastoral y del apoyo necesario a los católicos para posibilitar la vida y testimonio de la fe cristiana en el mundo marítimo.

En el contexto de su misión, el Apostolado del Mar –presente en 116 naciones-- se orienta a apoyar la dignidad de la gente del mar mediante su atención espiritual, moral y social. Junto al dicasterio, tiene igualmente una vocación ecuménica, y está acostumbrado a una labor con personas de otras confesiones, especialmente en Asia.

Acudieron a la sede del dicasterio –para su encuentro anual del 31 de enero al 1 de febrero-- los coordinadores del Apostolado del Mar de las nueve regiones del mundo: África Atlántica, África-Océano Indico, Sudeste Asiático, Europa, Estados del Golfo, América Latina, América del Norte, Oceanía y Asia Meridional.

«Ha habido consenso general al afirmar que, aunque los organismos internacionales y algunas organizaciones religiosas, gubernamentales y no gubernamentales, son muy activas en este sector, y a pesar del los desarrollos positivos registrados en algunas regiones, la situación general en el mundo marítimo no ha mejorado realmente», dice la declaración final enviada a Zenit con fecha del 13 de febrero.

«Además han surgido nuevos peligros --continúa--, como piratería, criminalización de la gente del mar, restricciones para bajar a tierra, mayor estrés y fatiga, que han credo un deterioro del ambiente humano».

En su comunicado final, los responsables de esta pastoral señalan también tres áreas –Europa del Este, África Meridional e islas de Oceanía-- en las que se necesita «un esfuerzo y una atención renovada para la promoción del Apostolado del Mar».

«Además, los capellanes que trabajan en situaciones difíciles en tales regiones necesitan de nuestro apoyo y de nuestras oraciones», reconocen.

Esta cita internacional ha permitido pasar revista, región por región, a la acción pastoral del Apostolado del Mar y a las condiciones de vida y de trabajo de la gente del mar y de las comunidades de pescadores en todo el mundo.

Ahí han dirigido su mirada, concientes de que más de 200 millones de personas dependen del mundo de la pesca para su supervivencia, y frecuentemente se trata de los más pobres de entre los pobres.

Pero «las condiciones a bordo de los pesqueros a menudo rozan niveles deshumanos», escriben.

«A pesar de que esta profesión esté considerada entre las más peligrosas del mundo, la falta de un equipamiento apropiado de salvamento y de una formación adecuada es un problema de urgente preocupación», añaden.

Y «continúa, lamentablemente, el reclutamiento ilegal de miembros del pasaje de las naves de pesca --denuncian--, mientras que la explotación y los malos tratos están difundidos. Además existen comunidades enteras de pescadores migrantes indocumentados que padecen continuos abusos».

De todas formas, en el encuentro se ha podido constatar que «la cooperación entre el Apostolado del Mar de las distintas naciones para la liberación de los pescadores injustamente retenidos en prisión ha dado buenos resultados».

Por ello se alienta, en los países interesados, especialmente en la región del Sudeste Asiático, a proseguir con los esfuerzos para estas liberaciones.

En cuanto a los efectos del tsunami --que el 26 de diciembre de 2004 también sacó a la luz la situación de los pescadores--, el Apostolado del Mar permanece activo en las tareas de ayuda aún en marcha, además de la respuesta de emergencia que brindó en su momento. De hecho, creó un fondo a nivel internacional para la atención de las víctimas de esta catástrofe.

«La falta de redes y de una casa sigue siendo, hoy, un grave problema –advierte la declaración final--. La aproximación específica del Apostolado del Mar ha sido, desde el principio, atender a los que se han quedado fuera de los principales planes de las grandes “agencias de financiación”».

Gdynia (Polonia) será la sede, del 24 al 27 de junio de 2007, del XXII Congreso Mundial del Apostolado del Mar. Por ello, el próximo encuentro anual de los coordinadores regionales se han convocado directamente para enero de 2008.

La declaración final del último encuentro está íntegramente disponible en inglés en la web del dicasterio misionero: www.evangelizatio.org