BUENOS AIRES, jueves, 14 diciembre 2006 (ZENIT.org).- Los obispos argentinos, en una declaración hecha pública el 13 de diciembre expresan su desacuerdo por la ratificación del Protocolo CEDAW para la eliminación de toda forma de discriminación de la mujer. Según los obispos, esta ratificación compromete la soberanía de Argentina.
Los obispos firmaron esta declaración al finalizar la 145 reunión de la Comisión Permanente del Episcopado, durante los días 12 y 13 de diciembre. Los obispos comenzaron las jornadas con un momento de intercambio pastoral. Luego escucharon informes de las Comisiones Episcopales de Comunicación Social, Educación Católica y Catequesis y Pastoral Bíblica.
En su declaración, los obispos indican que «ante el hecho de la reciente ratificación por parte de nuestro país del Protocolo Facultativo de la Convención para la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), queremos hacer público nuestro desacuerdo con el paso innecesario que nuestros legisladores han dado y que compromete la soberanía jurídica de la Argentina».
«Esta preocupación –añaden los prelados argentinos– nos llevó a exponer reiteradamente las razones por las que no era necesario ni conveniente ratificar el mencionado Protocolo. Nuestra voz y nuestros aportes, lejos de afectar la legítima promoción de la mujer, intentan tutelarla y asegurarla. Lamentamos no haber sido escuchados, y que el voto de los legisladores no haya sido precedido de un debate maduro y sereno, exento de presiones ideológicas».
Los obispos señalan que «el propósito laudable de luchar contra toda discriminación que afecte a la dignidad y derechos de la mujer, no puede servir de cobertura para promover cambios negativos en la cultura de nuestro pueblo, en contra de valores fundamentales que son apreciados por la inmensa mayoría de los argentinos».
Se refieren concretamente «a la defensa de la vida humana desde la concepción; a la familia fundada en el matrimonio, entendido como unión estable del varón y la mujer; a la maternidad, que expresa una vocación propia e insustituible de la mujer en la sociedad».
«Nuestra inquietud –indican los firmantes de la declaración– se basa en la autoridad legal que el Protocolo de la CEDAW otorga a un Comité internacional con capacidad de recibir denuncias y hacer recomendaciones a los países signatarios, en orden a que se introduzcan cambios en sus leyes y costumbres».
Este peligro, que el Episcopado Argentino ya había denunciado en varias oportunidades, explican los prelados «no es sólo una posibilidad. Hemos comprobado, en efecto, que se han hecho realidad recomendaciones del Comité a diversos países en favor de la legalización del aborto y en contra de la objeción de conciencia de los profesionales de la salud. Ese organismo también ha considerado la maternidad como un estereotipo cultural y ha llegado incluso a recomendar la supresión del ‘Día de la Madre’ y de aquellas políticas de Estado que protejan el embarazo y la maternidad».
Los obispos concluyen afirmando que presentan esta reflexión al pueblo argentino y sus autoridades «con la esperanza de que la identidad cultural de la Argentina y la exigencia moral de los valores en juego no se vean comprometidos por las consecuencias que otros países han experimentado».