SANTIAGO DE CHILE, sábado, 18 agosto 2007 (ZENIT.org).- Reproducimos las declaraciones formuladas por el cardenal Francisco Javier Errázuriz, arzobispo de Santiago de Chile y uno de los presidentes delegados de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, sobre los supuestos cambios que se habrían introducido al «Documento de Aparecida». Esta trascripción ha sido publicada literalmente por la archidiócesis de Santiago de Chile el 17 de agosto.
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El cardenal Francisco Javier Errázuriz, al ser consultado por la prensa sobre el Documento Conclusivo de Aparecida, señaló:
«El documento que le llevamos al Papa, el día 11 de junio, es el documento de Aparecida, Conferencia que terminó el 31 de mayo pasado. Puede ser que tenga algunas correcciones, como de un punto o una coma, cosas de ese tipo pueden ser; pero le llevamos al Papa ese documento evidentemente».
«Una Conferencia como ésta –agregó el Arzobispo de Santiago- es una Conferencia que está elaborando orientaciones pastorales para el 40% de los católicos en el mundo. Trabaja en comunión con el Papa que tiene la responsabilidad por el 100% de los católicos en el mundo. Por eso estos documentos siempre se les llevan al Santo Padre, él pide la colaboración de los distintos Dicasterios técnicos que tiene y puede ser que alguno haya dicho: esta frase se puede precisar un poco. Lo que nosotros sabemos que la Congregación de la Doctrina y la Fe dijo que no había afirmación alguna en el documento que fuera en contra del dogma, la moral. Pero puede ser que alguno de los Dicasterios haya dicho: es mejor utilizar más bien esta palabra, queda más claro; y contra eso están reclamando».
Siguiendo con sus declaraciones, el Cardenal Errázuriz afirmó: «Hay un tema (en el cual la modificación fue mayor) que es el que más ha dolido a muchos grupos en Brasil y también en otros países y es lo que se refería a las comunidades cristianas de base, que fue un tema muy relevante y viene de Conferencias Episcopales anteriores. En un comienzo no fue en todas partes muy bien llevado, de manera que hubo comunidades cristianas de base que fracasaron, otras se polarizaron y en otros lugares crecieron con una fecundidad extraordinaria. De que son una bendición, lo son. Vamos hacer en el CELAM un gran congreso para poder recoger las mejores experiencias que existen de comunidades cristianas de base de manera que eso se pueda difundir en toda Latinoamérica, en bien de estas comunidades. Yo creo que ésa es la acción importante que hay que hacer. El texto definitivo sufrió algunas modificaciones, pero no está la solución en cambiar un texto, la solución está en un gran congreso, en un gran diálogo de comunión fraterna donde se busquen los mejores caminos y se recojan las mejores experiencias de las comunidades cristinas de base».
Por último, el Arzobispo de Santiago aseguró: «El espíritu del documento es clarísimo, la experiencia que vivimos en Aparecida fue una experiencia maravillosa. El espíritu es muy claro, las grandes líneas orientadoras son muy claras, se trata de formulaciones que no tienen la importancia que se les está atribuyendo en estos momentos».