RIMINI, jueves, 23 agosto 2007 (ZENIT.org).- El europarlamentario y jurista Carlo Casini (también presidente del Movimiento por la Vida -MPV- de Italia) llama a Amnistía Internacional a defender el derecho a la vida.
Para este llamamiento se están recogiendo firmas en el Mitin de Rimini –organizado por Comunión y Liberación–, un encuentro anual al que pueden llegar a acudir unas setecientas mil personas.
El presiente del MPV explica en el llamamiento que «el largo silencio de Amnistía Internacional sobre el derecho a la vida de los niños aún no nacidos constituye una manifiesta contradicción con el declarado programa de defender los derechos humanos en todo el mundo y en toda situación».
«El derecho a la vida es, en efecto, el fundamento de cualquier otro derecho» –puntualiza Casini–, pero «actualmente los atentados contra la vida humana en la fase más temprana de la existencia han alcanzado una extensión enorme desarrollándose de formas nuevas».
«Lamentablemente no se ha oído aún la voz de Amnistía en defensa de las víctimas más débiles, pobres, numerosas», advierte el fundador del MPV. «Tanto más doloroso se presenta el anunciado propósito de Amnistía de reconocer el aborto como derecho humano, aunque sea limitándose a casos extremos», subraya.
Continúa el llamamiento: «De una organización como Amnistía nos habríamos esperado, junto a una solemne proclamación del derecho a la vida desde la concepción, frente a la legalización del aborto en muchos países, al menos una acción dirigida a favorecer la educación en el respeto de la vida humana concebida y a construir redes de solidaridad en torno a las madres con embarazos difíciles parea garantizar junto a ellas el nacimiento del hijo».
Preocupado, Casini reconoce: «Nos encontramos en cambio ante el proyecto de promover el aborto en los estados donde aun no ha sido legalizado».
El jurista italiano invita a no dejarse engañar «por la aclaración de algún exponente de Amnistía, según el cual se pretende sólo evitar la sanción penal contra la mujer en situaciones excepcionales».
Desde el punto de vista jurídico, «bien sabemos que la amenaza penal respecto a la mujer no es el único medio para defender la vida», alerta el presidente del Movimiento por la Vida.
Y demuestra la trayectoria del Movimiento, que ha ayudado al menos a setenta mil madres a que naciera sus bebés, en lugar de que fueran abortados.
«Tenemos la experiencia de que es posible salvar la vida del hijo permaneciendo al lado de la madre, no en contra de ella», recalcó Casini, añadiendo: «el hombre es siempre hombre, a pesar de las condiciones, a veces inaceptables, en las que haya sido engendrado».
En cuanto a la actitud de la citada organización internacional, el presidente del MPV afirmó que «el prolongado silencio de décadas de parte de Amnistía sobre el derecho a la vida del concebido da a entender la gran brecha que, en la protección de los derechos humanos fundamentales, sería la definitiva adhesión de Amnistía al anunciado proyecto».
«Por ello pedimos un replanteamiento por parte de los órganos centrales de Amnistía Internacional. Esto favorecería un renovado empeño de colaboración con Amnistía de cuantos, cristianos o no, reconocen que el principio de igualdad afecta a todos los hombres, no sólo a los ya nacidos. En caso contrario, toda colaboración sería imposible, a pesar del dolor de permanecer solos en la defensa integral de los derechos humanos», concluye el comunicado.
