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El 15 de abril del presente año, los ecuatorianos nos pronunciamos por la convocatoria a una Asamblea Constituyente cuyo objetivo será establecer un marco jurídico del Estado que ponga fin a las irregularidades que se han venido sucediendo y encauzar las reformas que el Ecuador necesita para su recuperación ética, social, jurídica, política y económica. En cumplimiento de este mandato popular debemos elegir próximamente a los miembros que integrarán la Asamblea Constituyente.
La Conferencia Episcopal Ecuatoriana considera un deber señalar algunos puntos para consideración de la ciudadanía ante las próximas elecciones.
Todo ecuatoriano tiene el derecho de ser elegido para Representante en la Asamblea Constituyente. Sin embargo, la naturaleza misma de esta representación exige del candidato competencia y honorabilidad. En este sentido, y sin pretender decirlo todo, pensamos que el Representante a la Constituyente debe ser:
1- Ciudadana/o consciente de que el Ecuador es un país pluriétnico y pluricultural, con cuatro regiones geográficas que necesitan integrarse y complementarse.
2- Ciudadana/o con probada honradez, que hubiere demostrado capacidad para colaborar con generosidad y desinterés por el bien común de todos los ecuatorianos, con visión de futuro, que no se deja encerrar en condicionamientos pasajeros del momento o de particular conveniencia.
3- Ciudadana/o que defienda la igualdad de derechos y obligaciones de todos los ecuatorianos, pero que sea consciente de que quienes más se benefician de los bienes del país deben tener mayores obligaciones.
4- Ciudadana/o que defienda el inviolable y sagrado derecho a la vida y la dignidad de la persona humana, desde su concepción hasta su muerte natural; y los grandes y permanentes valores de la familia ecuatoriana.
5- Ciudadana/o convencida/o de que en el país hace falta educación de calidad para todos; y que defienda la libertad y la pluralidad en la educación, dentro de un marco nacional común.
6- Ciudadana/o que promueva un sistema económico-social, con iguales oportunidades para todos, en el que se pueda producir más y, sobre todo, distribuir mejor.
7- Ciudadana/o que defienda la libertad religiosa, el respeto a la conciencia y al pensamiento de los demás, y una moderna concepción de laicismo.
Ciudadanas y ciudadanos con este perfil podrán establecer el nuevo estado de derecho que, desde tiempo atrás, todos anhelamos y buscamos; un estado de derecho que garantice la moral pública y privada, la transparencia en el manejo de la ley, la justicia y la confianza en las diversas instancias de las funciones del estado.
Pedimos a Dios y a la Virgen María que los ecuatorianos podamos conformar una Asamblea Constituyente capaz de dar al Ecuador una Constitución que, finalmente, perdure como garantía de unidad, libertad, justicia y equidad para todos.
Secretaría General de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana