SYDNEY, martes, 1 abril 2008 (ZENIT.org).- El camino de preparación a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) brinda a los peregrinos pistas para discernir el plan de Dios en la vida personal, pues de ello depende la verdadera felicidad.
«¡Todos estamos llamados a ser santos! Y serlo es posible: ésta es la gracia que recibimos en la Pascua», anuncia el obispo coordinador de la JMJ en su «Mensaje de Esperanza» de la última edición de e-PEREGRINACIÓN> («e-PILGRIMAGE>»), fechada en marzo.
«Dios nos ama tanto que nos llama a cada uno para que seamos felices»; «sólo encontramos la verdadera felicidad si cumplimos con el plan que Él tiene para nosotros», advierte monseñor Anthony Fisher en el boletín –creado para cuantos «virtualmente» ya peregrinan a Sydney (Australia), diócesis anfitriona de la JMJ–.
«Dios ha escogido un camino particular especialmente para ti» –dice el prelado a cada joven lector–; «ese es tu plan personal, tu vocación».
Para descubrir ese camino personal, es necesario «saber responder a las preguntas: ¿Quién soy? ¿Para qué me ha creado Dios?».
«Puede haberte creado para que te cases y formes una familia y seas santo/a entregándote a tu cónyuge y a tus hijos –apunta el obispo australiano–. Puede haberte creado para que seas sacerdote o le consagres tu vida a Él como religioso/a, y para servirle cooperando en su misión de contemplación y evangelización hasta los confines de la tierra».
Dios «siempre está amorosamente dispuesto para respondernos»; basta con saber oír su voz. Para ello monseñor Fisher sugiere algunas pautas generales de discernimiento vocacional, empezando por «fomentar una vida intensa de oración» y «recibir más a menudo los sacramentos, especialmente asintiendo a Misa con más frecuencia y rezando frente al Santísimo».
«Escucha a Dios que te habla en las lecturas de las Escrituras, homilías y oraciones de la Misa, y en la lectura de la Biblia en privado», aconseja a cada joven.
Sugiere prestar atención a las señales que Dios envía «a través de la oración, a través de las personas» y en el corazón, profundizar en el conocimiento de uno mismo, buscar un buen consejero o director espiritual que ayude en este discernimiento y confiar éste a María Santísima, para que Ella pueda guiar a cada uno en la respuesta generosa a la llamada personal.
«Tu llamada nunca será una imposición -subraya monseñor Fisher–. Al contrario, es una respuesta libre al amor de Dios que satisface los anhelos más profundos de tu ser».
«Cristo toca a la puerta de tu corazón; ¡Él nunca le daría un empujón a la puerta para abrirla!», insiste, recordando cuanto afirmó Benedicto XVI en la Misa de inauguración de su Pontificado: «¡No tengáis miedo de Cristo! Él no quita nada, lo da todo».
En la sección «Fundamentos de fe», el boletín de la JMJ aclara el sentido de vida consagrada, vida religiosa y virginidad para el Reino.
«A través del Bautismo -se lee– cada uno de nosotros ha sido dedicado, pertenece o es consagrado, a Cristo. Recibimos los dones y los frutos del Espíritu Santo y estamos unidos en la tarea de construir el Cuerpo de Cristo (la Iglesia) y de llevar a Jesucristo a los demás en el mundo (nuestra vocación misionera)».
Pero algunos cristianos «reciben el don especial o «carisma» de vivir de una forma particularmente radical un compromiso de vida consagrada». Por ello «escogen libremente profesar su amor a Cristo ante la Iglesia» a través de formas de vida fundadas en los tres grandes consejos evangélicos de pobreza, obediencia y castidad.
«Estos tres consejos encarnan ese camino de sacrificio que el mismo Jesucristo vivió», a la vez que «esta forma de vida es escatológica, un signo de nuestra futura resurrección», explica «e-PILGRIMAGE>» a los jóvenes.
La vida consagrada no cuestiona la bondad de la vocación al matrimonio o de la vida de familia, matiza: «el matrimonio y la vida consagrada se complementan entre sí y se apoyan mutuamente, una a la otra, en la vida de la Iglesia».
En el enlace http://www.wyd2008.org/index.php/es/pilgrims_registration/epilgrimage se puede descargar en formato pdf el último boletín y sus ediciones anteriores.
Web oficial plurilingüe de la JMJ: www.wyd2008.org
Por Marta Lago