Un obispo elige el «cómic» para una carta pastoral a los niños

Monseñor José Ignacio Munilla, obispo de Palencia

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PALENCIA, lunes, 7 abril 2008 (ZENIT.orgVeritas).- Las cartas pastorales del obispo de Palencia, monseñor José Ignacio Munilla, se caracterizan por la elección de temas muy a «pie de calle» y por un estilo persuasivo. Como él mismo explicó a Veritas, «el modelo cultural en el que estamos inmersos incapacita para la recepción de discursos largos» y «la tarea de la evangelización nos exige en este momento capacidad de síntesis, al mismo tiempo que sensibilidad hacia las inquietudes de nuestro interlocutor».

Monseñor cree que «hemos de perderle miedo a la contraposición apologética con la cultura dominante, si no queremos ser acosados de refugiarnos en un lenguaje eclesiástico plano y aburrido».

Nada aburrida resulta la Carta pastoral dirigida a los niños que ha titulado «La torre de los amigos: Una historia de monaguillos», que es un cómic en el que dos personajes, Carlos y Samuel, comparten aventuras, y en la que el propio obispo aparece como personaje, aunque en un discreto papel de entrada y despedida.

El obispo de Palencia explicó a Veritas esta original iniciativa en esta entrevista.

–¿Por qué una carta con formato de «cómic»?

Monseñor Munilla: Cuando los obispos escribimos una carta pastoral, lo hacemos buscando determinados objetivos y prioridades pastorales. Ahora bien, para ello, lo primero y principal es que nuestra carta sea leída. Por lo tanto, la idea del formato «cómic» ha nacido con el deseo de conectar con los niños del entorno de 9 años.

–Es usted el autor del texto y las ilustraciones?

–Monseñor Munilla: Yo no soy dibujante. Me he limitado a gestar la idea y el argumento principal, y luego uno grupo de voluntarios lo han ido plasmando. Mi trabajo ha sido pequeño. El de mis colaboradores ha sido grande, y quiero aprovechar para agradecérselo.

A los niños que les haya gustado la historia y se muestren interesados en sumarse a un grupo de monaguillos, se les ofrece al final del cómic «El libro del monaguillo», que es una producción de la Diócesis de Orihuela-Alicante.

–¿Cómo se está difundiendo esta carta entre los niños de la diócesis y qué opiniones sobre su recepción le están llegando?

–Monseñor Munilla: Su difusión tiene lugar, principalmente, a través de las parroquias, ya que nuestro objetivo es que se fomente la integración de los niños en los grupos de monaguillos. Se trata de una iniciativa encuadrada en un proyecto más amplio de pastoral vocacional.

Son muchos los casos que nos han llevado a convencernos de que la integración de niño como monaguillo, dispone a una posible llamada vocacional al sacerdocio.

–El texto plantea situaciones sencillas de la vida diaria en la que se mueven los niños: amigos que piensan que ser monaguillo es aburrido, padres que envían a sus hijos a catequesis pero no les acompañan a Misa… ¿Cree que son situaciones reversibles?

–Monseñor Munilla: Las situaciones que viven nuestros niños son muy diversas. Tradicionalmente, los padres eran el conducto por el que la fe se transmitía a los hijos. Hoy, sin embargo, en no pocas ocasiones, son los niños el instrumento de Dios para despertar la fe de sus padres.

Al mismo tiempo, también la fe se comparte y comunica entre los niños, aunque no deja de suceder que entre ellos se contagie la increencia. Por lo tanto, es indispensable que tengamos capacidad de adaptación a situaciones tan dispares, para poder evangelizarlas.

–¿Tiene previsto que Carlos y Samuel sean protagonistas de otras cartas dirigidas a los niños?

–Monseñor Munilla: Parece que se llevan muy bien entre ellos dos, y no sería de extrañar que nos deparasen alguna sorpresa más. ¡Dios dirá!

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ZENIT Staff

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