El Papa alaba la valentía del cardenal López Trujillo en la defensa de la vida

Preside en el Vaticano las exequias por el purpurado colombiano

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 23 abril 2008 (ZENIT.org).- Valiente defensor de los valores no negociables de la vida humana: así describió este miércoles el Papa al cardenal Alfonso López Trujillo, al presidir sus exequias en la basílica vaticana.

Hasta su muerte, el pasado sábado, durante casi dieciocho años el purpurado colombiano -fallecido a los 72– presidió el Pontificio Consejo para la Familia con «celo y pasión», con una «infatigable acción en tutela y promoción de la familia y del matrimonio cristiano», subrayó Benedicto XVI.

«¿Cómo no darle las gracias por el coraje con que defendió los valores no negociables de la vida humana?», reflexionó el Santo Padre ante cuantos acababan de participar en la misa en sufragio por el alma del cardenal López Trujillo.

El decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Angelo Sodano, presidió la Eucaristía en el altar de la cátedra de la basílica de San Pedro. Entre los concelebrantes, más de cuarenta purpurados y medio centenar de obispos, también llegados de Colombia. Entre los numerosos fieles, familiares del desaparecido cardenal .

Ante el altar, sobre el suelo, se colocó el féretro del purpurado. Desde el lunes se habían velado públicamente sus restos en la iglesia de Santo Stefano degli Abissini, en el Vaticano.

Tras la Eucaristía, Benedicto XVI acudió a la basílica vaticana para presidir el solemne rito exequial, inmediatamente precedido por la homilía en la que trazó los momentos más importantes de la vida del cardenal colombiano, presidente del episcopado de su país, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, profundo conocedor de la realidad de su continente.

Presidente hasta sus últimos momentos del dicasterio para la Familia, el Papa se detuvo especialmente en este compromiso del cardenal López Trujillo, expresando su agradecimiento por «la tenaz batalla que libró en defensa de la «verdad» del amor familiar y por la difusión del «evangelio de la familia»».

«El entusiasmo y la determinación con la que actuaba en este campo eran fruto de su experiencia personal, especialmente ligada al calvario que tuvo que afrontar su madre, desaparecida a los 44 años de edad tras una dolorosa enfermedad», recordó Benedicto XVI.

Y señaló que el propio purpurado reconocía el ejemplo de sus padres en la vivencia del matrimonio y de la familia; por eso hablaba de estos ideales y los mostraba como realizables.

«La consideración de que todo ser humano y toda familia reflejan el misterio de Dios que es Amor» era la fuente del amor que a su vez alimentaba el cardenal López Trujillo «por la verdad del hombre y por el evangelio de la familia», añadió el Santo Padre.

«Quedó impresa en la memoria de todos -admitió el Papa Joseph Ratzinger– su conmovedora intervención en la Asamblea del Sínodo de los Obispos de 1997: fue un verdadero canto a la vida», y «subrayó que si la ciencia no se dedica a comprender y a educar en la vida perderá las batallas más decisivas en el fascinante y misterioso terreno de la ingeniería genética».

«Fortaleza para no ser ni indolente ni cobarde»: es lo que pedía al Señor el purpurado en su labor de difusión del «evangelio de la vida y el evangelio de la familia». «Para llevar a cumplimiento la misión que Jesús nos confía no hay que ser ni indolentes ni cobardes», insistió Benedicto XVI.

«Que la generosidad del llorado cardenal, traducida en múltiples obras de caridad, especialmente a favor de los niños en diversas partes del mundo, nos sirva de aliento para gastar todo nuestro recurso físico y espiritual por el Evangelio –exhortó–; que nos impulse a actuar en defensa de la vida humana; que nos ayude a mirar constantemente hacia la meta de nuestra peregrinación terrena».

El cardenal López Trujillo ha recibido sepultura en el cementerio de Santa Ana, en el Vaticano.

Muestra de la emoción que se ha vivido este miércoles en la basílica de San Pedro son las palabras que, recientemente, los miembros del dicasterio para la Familia dedicaron a su presidente en una de las diversas necrológicas que se han publicado en el diario de la Santa Sede «L’Osservatotre Romano» por el purpurado.

Sus colaboradores recuerdan «con gratitud la incansable pasión del cardenal en la promoción, en todo lugar del mundo, del evangelio de la familia y de la vida, y en la defensa de la dignidad de la persona humana». «Al amor del Padre, «Dives in Misericordia» [«Rico en misericordia»], entregamos al siervo fiel que amó a Cristo, a la Iglesia y al Papa», añaden.

Por Marta Lago

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ZENIT Staff

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