CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 13 abril 2008 (ZENIT.org).- Según Benedicto XVI también los casados, al igual que los sacerdotes, religiosas, religiosos y consagrados..., tienen que ser misioneros.
 

Lo aclaró este domingo al rezar la oración mariana del «Regina Caeli» junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, en la Jornada de Oración por las Vocaciones 2008, que este año tenía por tema: «Las vocaciones al servicio de la Iglesia-misión»

Este año la Jornada se enmarcaba en la perspectiva del Año Paulino, que comenzará el 28 de junio próximo para celebrar los dos mil años del nacimiento del apóstol Pablo, el misionero por excelencia.

Según la experiencia del apóstol de las gentes, explicó, «vocación y misión son inseparables».

«Constituye, por tanto, un modelo para todo cristiano, en particular, para los misioneros ad vitam, es decir, esos hombres y mujeres que se dedican totalmente a anunciar a Cristo a quienes todavía no le han conocido: una vocación que sigue manteniendo toda su validez», subrayó.

Este servicio misionero, indicó, «lo desempeñan, en primer lugar, los sacerdotes, al ofrecer la Palabra de Dios y los sacramentos, y al manifestar con su caridad pastoral hacia todos, sobre todo a los enfermos, a los pequeños, y a los pobres, la presencia sanadora de Jesucristo».

El obispo de Roma dio gracias a Dios «por estos hermanos nuestros que se entregan sin reservas en el ministerio pastoral, sellando en ocasiones su fidelidad a Cristo con el sacrificio de la vida, como les sucedió ayer a dos religiosos asesinados en Guinea y Kenia. A ellos se dirige nuestra agradecida admiración, junto con al oración de sufragio».

El Papa también pidió oraciones «para que sea más numeroso el número de quienes deciden vivir radicalmente el Evangelio a través de los votos de castidad, pobreza y obediencia», es decir, los religiosos.

Se trata, dijo, de «hombres y mujeres que tienen un papel primario en la evangelización».

«Algunos de ellos se dedican a la contemplación y a la oración, otros a una multiforme acción educativa y caritativa. Todos, sin embargo, están unidos por un mismo objetivo: testimoniar la primacía de Dios sobre todo y difundir su Reino en todo ámbito de la sociedad», aclaró.

Por último, advirtió, «no hay que olvidar que el matrimonio cristiano también es una vocación misionera: los cónyuges, de hecho, están llamados a vivir el Evangelio en las familias, en los ambientes de trabajo, en las comunidades parroquiales y civiles».

«En ciertos casos, además, ofrecen su preciosa colaboración a la misión ad gentes», concluyó.

Por Jesús Colina

Declaración de los obispos argentinos y oración por la Patria

BUENOS AIRES, sábado, 12 abril 2008 (ZENIT.org).-  Publicamos la declaración que ha emitido la Conferencia Episcopal Argentina ante la situación del país en su asamblea plenaria, así como la oración por la Patria.

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Los obispos argentinos compartimos «los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias» del pueblo al que pertenecemos y servimos en esta hora delicada y providencial de nuestra vida nacional.

Desde nuestra fe acudimos a Jesucristo, Señor de la historia, y le dirigimos una súplica confiada para poner bajo su mirada protectora las preocupaciones, desvelos y esperanzas de los argentinos. A Él le ofrecemos nuestro compromiso pastoral en favor del pueblo, especialmente de sus miembros más pobres, débiles y sufrientes.

Por ello peregrinamos, como lo hace el pueblo creyente, a la casa de nuestra Madre de Luján para pedirle que Ella interceda ante su Hijo por las necesidades más urgentes de la Patria. De modo particular queremos pedirle que nos ayude a los argentinos a:

1. valorar y construir con empeño perseverante la amistad social entre todos los habitantes de nuestra Patria, desterrando desencuentros, odios, rencores y enfrentamientos y promoviendo la equidad y la justicia para todos;

2. favorecer y cultivar la disposición al diálogo genuino en la verdad y el respeto entre personas y sectores, como camino indispensable en la búsqueda del bien común;

3. afianzar las instituciones democráticas de la República y el federalismo, respetando la Constitución Nacional, garantía para todos de una convivencia pacífica e incluyente.

Invitamos a todos los fieles a unirse a este gesto orante y a retomar la «oración por la Patria», tan apreciada en nuestras comunidades, como primero y principal servicio que los católicos argentinos queremos ofrecer a nuestra querida Nación.