NUEVA YORK, martes, 6 mayo 2008 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha adherido a los tratados internacionales que buscan proteger la capa de ozono del planeta.
Se trata del Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono y del Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono.
El documento de adhesión fue depositado por el arzobispo Celestino Migliore, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, este 5 de mayo.
Con este gesto, explica una nota enviada a Zenit por la Misión de la Santa Sede ante el «palacio de cristal» «desea alentar a toda la comunidad internacional a promover con resolución la auténtica cooperación entre política, ciencia y economía».
«Esta cooperación, como se ha manifestado en el caso del ozono, puede alcanzar importantes logros, que pueden hacer posible al mismo tiempo la salvaguarda de la creación, la promoción integral del desarrollo humano y el cuidado del bien común, con un espíritu de solidaridad responsable y con profundas repercusiones para las generaciones presentes y futuras», añade la nota.
«Según su propia naturaleza de Estado de la Ciudad del Vaticano, la Santa Sede, a través de la adhesión solemne, quiere dar su propio apoyo moral al compromiso de los Estados a favor de la correcta y efectiva aplicación de los tratados en cuestión del logro de los objetivos mencionados», indica el documento.
Con este objetivo, concluye, la Sede Apostólica «expresa el deseo de que reconociendo «los signos de [un crecimiento económico] que no siempre ha sido capaz de proteger el delicado balance de la naturaleza» (Benedicto XVI, 2 de septiembre de 2007), todos los agentes intensifiquen la cooperación y refuercen «la alianza entre el hombre y el ambiente, que debe reflejar el amor creativo de Dios»».