CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 23 mayo 2008 (ZENIT.org).- Una vida que excluye a Dios está limitada a lo "finito", observa Benedicto XVI en el Mensaje que ha escrito con motivo del 97º Katholikentag alemán.

La "Jornada de los Católicos", que este año está teniendo lugar en Osnabrück, se prolongará hasta el 25 de mayo y prevé 1.200 eventos en sesenta plazas y lugares característicos, con la participación de más de treinta mil personas y dos mil voluntarios.

Recordando el tema del encuentro, "Tú nos conduces fuera mar adentro" (Sal 18,20), el Papa se ha preguntado qué es el "'mar adentro' al que nos conduce el encuentro con Dios, la fe".

Hoy, reconoce, no pocas personas "tienen miedo de que la fe pueda limitar su vida, que puedan ser constreñidas en el envoltorio de los mandamientos y las enseñanzas de la Iglesia y que no puedan ya ser libres de moverse en el 'mar adentro' de la vida y del pensamiento de hoy".

Según el Pontífice, estas personas se sienten como el hijo pródigo, "obligadas a partir, dejando a un lado a Dios para saborear todo el 'mar adentro' del universo. Al final, sin embargo, este 'mar adentro' se hace estrecho y vacío".

"Sólo cuando nuestra vida logre subir al corazón de Dios –constata--, habrá encontrado aquél 'mar adentro' para el que hemos sido creados".

Una vida sin Dios, observa Benedicto XVI, "no se hace más libre y más amplia". Quien deja de lado a Dios "limita la vida y el mundo a lo 'finito', a lo que nosotros mismos podemos hacer y pensar, y esto es siempre demasiado poco".

Dios, en cambio, "ensancha nuestro corazón para que no pensemos sólo en nosotros mismos", de modo que el hombre no tenga ya necesidad de "buscar, temeroso, su felicidad, su éxito o de dar peso a la opinión de los otros".

"Es ahora libre y generoso, abierto a la llamada de Dios. Con confianza puede donarse todo él mismo porque sabe –donde vaya- que está seguro en las manos de Dios".

El "mar adentro" del lema, añade el Papa, no es sólo el que está en nosotros, "sino también el 'mar adentro' del futuro".

El lema del Katholikentag, por tanto, "llama a reforzar en nosotros la confianza en Dios, la confianza en que Dios nos conducirá a un futuro bueno".

"Aunque a veces el presente nos sopla tempestuoso en el rostro y nos entra gran miedo por el futuro –reconoce Benedicto XVI--, nunca debemos perder la confianza, no debemos tener miedo porque Dios nos viene al encuentro".

Si comprendemos el futuro de este modo, sugiere, podremos recoger el desafío que nos presenta y disfrutar las posibilidades que ofrece.

"¡No dejéis que sean sólo los otros los que plasmen el futuro, sino introducíos con fantasía y capacidad de persuasión en los debates del presente!", exhorta a los participantes del Katholikentag.

"Con el Evangelio como parámetro, participad activamente en la vida política y social de vuestro país. ¡Como laicos católicos, atreveos a participar en la formación del futuro, en unión con los sacerdotes y con los obispos!".

"Con Dios como respaldo podéis actuar con valor, porque es El el que nos asegura: 'Quiero daros un futuro y una esperanza' (Ger 29,11)".

El Pontífice concluye su mensaje dirigiéndose a los jóvenes que participan en el Katholikentag, mostrándose contento de que se reúnan en Osnabrück para reforzarse "mutuamente en la fe, en la esperanza y en el amor".

"¡Disfrutad esta ocasión y dejaros conducir por el mensaje del Katholikentag al 'mar adentro' de las posibilidades que os ofrece Dios! –les exhorta--. Dios quiere impregnar toda vuestra vida y quiere mostraros lo grande que es la libertad de quienes ponen su vida en sus manos".

"¡Amplia se hace la vida de quien vive su vida con Dios!".

Traducido del italiano por Nieves San Martín

El Papa pide colaboración entre obispos de emigrantes y inmigrantes

CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 23 mayo 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI alentó este viernes la colaboración entre obispos de países o zonas de emigrantes e inmigrantes.

Fue la consigna que dejó a los prelados de Albania, a quienes recibió con motivo de su quinquenal visita «ad limina apostolorum», país que en estos momentos experimenta una fuerte oleada migratoria hacia Europa occidental, particularmente a Italia.

«El fenómeno de la emigración, tanto dentro como fuera del país, os pone ante graves problemas pastorales, que interpelan a vuestro corazón de obispos, no sólo por lo que se refiere a los fieles que viven en vuestro territorio, sino también a los fieles de la diáspora».

«Esto pone en causa vuestra capacidad de de entrar en relación con vuestros hermanos obispos de otros países para ofrecer una ayuda pastoral necesaria y urgente», afirmó.