ROVERETO (ITALIA), viernes, 23 mayo 2008 (ZENIT.org).- Representantes de diferentes tradiciones religiosas reflexionan en estos días sobre cómo presentar a Europa los beneficios de la fe.
Bajo este lema "Valores comunes para una Europa que cambia. La contribución de las culturas y las religiones", líderes religiosos europeos de 35 países y de más de 12 tradiciones religiosas participan en el "Encuentro Interreligioso Europeo" organizado del 22 al 25 de mayo en Rovereto.
El objetivo del encuentro es "pensar juntos en vías de acción en Europa en las que se reconozca la aportación de las religiones".
El congreso cuenta con el apoyo de la Comisión Europea y ha unido los esfuerzos de las instituciones civiles y religiosas de la zona, incluida la archidiócesis de Trento.
Rovereto alberga la campana más grande del mundo, "Maria Dolens", bendecida en 1965 por Pablo VI, símbolo de reconciliación, construida fundiendo balas.
El presidente de la fundación Campana de Rovereto, Alberto Robol, destacó en su saludo inicial que "tenemos que luchar juntos contra la hostilidad y el fundamentalismo" y este congreso "nos ofrece la oportunidad de reflexionar juntos sobre los valores de cohesión social, y sobre Europa, sus raíces y su futuro".
En la inauguración, el presidente europeo de Religiones por la Paz, Jehangir Sarosh, de tradición zoroastriana, dijo que no se trataba de una discusión interreligiosa más sino de un "encuentro" en el que se "escucha y se cambia la mentalidad" para conseguir que la sociedad entienda los beneficios de la religión.
El obispo emérito luterano noruego y moderador del Consejo Europeo de Líderes Religiosos, Gunnar Stälsett, se refirió al papel de la religión en los medios y a la "solidaridad necesaria" para Europa.
"La religión es un elemento importante en los medios: el nuevo lugar de la religión en el discurso público ha llegado quizá de manera sorprendente para los mismos fieles y para los que habían relegado la fe al reino de la irrelevancia y la superstición", constató.
"Sin embargo, el perfil de la religión en los medios es bastante negativo. No hay demasiado espacio para aspectos positivos que muestren la miríada de acontecimientos que expresan la fe y la religión como una fuerza positiva en la vida de los individuos, las familias, las comunidades y las naciones", lamentó.
Una de las aportaciones de las religiones y la espiritualidad a Europa es la defensa de la dignidad humana y del amor por el prójimo, reveló este obispo luterano: "El amor al Divino es incompatible con el odio a nuestros vecinos. Actos de odio en nombre de Dios son actos contra Dios".
En este sentido, apeló a ver la "solidaridad" como clave para "superar divisiones": "La solidaridad es el nombre del amor. El amor está al centro de la solidaridad. Un espacio común con igualdad de derechos para todos es clave para una seguridad compartida para todos", concluyó.
El congreso cuenta con la participación de un nutrido grupo de jóvenes de varias religiones.
Participan el obispo de Trento, monseñor Luigi Bressan, el arcipreste Vsvolov Chaplin de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el rabino Jonathan Magonet del Reino Unido, el imán Abdjuljalil Sajid y el obispo Alfeyev Hilarion de Viena, representante de la Iglesia Ortodoxa Rusa ante las instituciones europeas.
Por Miriam Díez i Bosch