RÍMINI, lunes, 1 septiembre 2008 (ZENIT.org).- ¿Por qué el mundo moderno debería necesitar a la Iglesia? ¿Y qué utilidad puede tener hoy la propuesta cristiana? Son estas las preguntas a las que se trató de dar respuesta durante el encuentro titulado «Iglesia y modernidad: el diálogo necesario», que tuvo lugar en el Meeting de Rímini, Italia, el 29 de agosto.
Interviniendo en el debate, monseñor Rino Fisichella, presidente de la Academia Pontificia para la Vida y rector de la Universidad Pontificia Lateranense (PUL), observó que «el hombre moderno necesita a la Iglesia justo porque es un hombre desorientado: no sabe de dónde viene ni a dónde va».
«Sigue preguntándose el por qué del dolor, de la muerte», añadió el rector de la PUL, y no logra responder con los parámetros culturales de pensamiento débil o de la reducción técnico-científica.
La Iglesia logra en cambio dar respuesta porque «es experta en humanidad, sabe cuáles son los grandes interrogantes que hay en el corazón del hombre», afirmó el prelado.
Al hombre desorientado monseñor Fisichella dijo que la Iglesia propone «la pregunta de verdad, es decir sobre el sentido de la vida humana».
«No hay libertad auténtica sin verdad y sin amor», «el amor que ha alcanzado su cima en el amor Crucificado», añadió.
Sobre el caso de Eluana Englaro (la mujer italiana en coma para la que el padre solicita la eutanasia), el presidente de la Academia Pontificia para la Vida comentó «no entro en el espacio de las conciencias, pero no comprendo el encarnizamiento en el querer defender la libertad de decidir: no hay genuina libertad sin verdad».
Monseñor Fisichella concluyó con una cita del cardenal Newman: «No permitiré nunca que aquél evento que ha dado sentido a mi vida sea considerado como un resto arqueológico» justo porque «es un evento que vale para hoy».
Monseñor Negri, obispo de San Marino-Montefeltro, relató: «He crecido en los años en los que se abría paso el rigor impetuoso de quienes querían crear un hombre y una sociedad sin Dios» y «he visto morir a muchos, desde el punto de vista moral, que llevaban en el corazón esta pregunta inagotable sobre la existencia del hombre».
El prelado confesó haber reencontrado una vía de gran esperanza con la Redemptor Hominis de Juan Pablo II, donde se explica que «el hombre permanece para sí mismo incomprensible si no encuentra a Cristo».
Según monseñor Negri, «el laicismo se ha acabado. Hoy los cristianos pueden dialogar con los laicos, es decir con todos los hombres de buena voluntad».
Por último, el obispo citó un pensamiento de san Ignacio de Loyola, segun el cual «Dios salvará a todos», recurriendo incluso a un ángel.
«El ángel ha venido -subrayó monseñor Negri- se trata de que os decidáis a corresponderle».
Durante el encuentro, en el que se presentó el último libro en italiano de monseñor Luigi Negri, «Per un Umanesimo del terzo Millennio» (Por un humanismo del tercer milenio), de Ediciones Ares, intervino también el director del Tg2 (Telediario2, de la RAI), Mauro Mazza, quien subrayó que «la Iglesia tiene el derecho-deber de estar presente, sobre todo en un momento en el que la cultura del mundo ha descubierto los propios límites».
Por Antonio Gaspari, traducido del italiano por Nieves San Martín